UGT Y CCOO APOYAN EL MOVIMIENTO DE RESPUESTA SOCIAL A LA COP25



UGT y CCOO apoyan el movimiento de respuesta social a la COP25



Llaman a la sociedad civil a participar en la Cumbre Social por el Clima más allá de la COP



Las organizaciones sindicales firman el manifiesto de la Cumbre Social por el Clima.


El documento denuncia la hipocresía de los Gobiernos que participan en la COP mientras se lucran con la crisis climática y la devastación ambiental y social.

Demandan una transición justa realizada con la rapidez suficiente para evitar nuevas catástrofes.

La Unión General de Trabajadores y las Comisiones Obreras firman el manifiesto de la Cumbre Social por el Clima que funcionará de manera paralela a la Cumbre por el Clima (COP 25) que se celebra en Madrid, un documento que denuncia que la crisis climática es el síntoma más visible de un sistema profundamente injusto basado en la imposición de un modelo de producción de y consumo de “usar y tirar” que afecta, una vez más a los países más pobres.

Los organizadores de la Cumbre Social por el Clima, los movimientos sociales del Estado español, destacan en su manifiesto que la cancelación de la COP 25 en Chile “ignorando a los movimientos sociales chilenos y del resto de América Latina y su trabajo previo de meses” y la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de acoger el evento, los obligan a tomar un relevo sobre el que no han sido consultados, en un marco temporal casi inasumible para garantizar una participación y contestación social adecuadas.

El documento afirma que “siendo conscientes del claro eurocentrismo que implica la celebración de una COP en un país europeo por tercer año consecutivo, aceptamos el reto de articular protestas y críticas contra estas políticas como una enorme responsabilidad. Lo hacemos desde la rabia e impotencia ante las injusticias y atrocidades que se están cometiendo contra el pueblo chileno, desde la solidaridad y apoyo frente a la decisión de continuar con la celebración de la Cumbre de los Pueblos y de la Cumbre Social por la Acción Climática en Chile, y desde la determinación de intentar generar un espacio donde su voz también pueda ser escuchada”.

Justicia climática

Las organizaciones sindicales apoyan el movimiento de respuesta social a la COP25 que denuncia, entre otras cosas, la hipocresía de los gobiernos que participan en las negociaciones climáticas para enmascarar tratados comerciales y de inversiones como herramientas de dominación del capital, alimentan la industria fósil con subsidios millonarios y se lucran con la crisis climática y la devastación ambiental y social.

UGT y CCOO comparten reivindicaciones de la Cumbre Social por el Clima como la necesidad de desarrollar una transición justa realizada con la rapidez suficiente, para evitar nuevas catástrofes, como un calentamiento por encima de los 1.5°C o el colapso de los ecosistemas y la sociedad.

Además, es necesario tomar decisiones basadas en la ciencia, y la comunidad científica y hay que alentar un cambio radical en el modelo de movilidad -para reducir el transporte masivo de mercancías y personas y paliar de paso el creciente aislamiento de las zonas rurales, una de las causas del progresivo despoblamiento- y en un modelo de producción y consumo basado en el “usar y tirar” –que provoca hambre en el mundo y produce una cantidad ingente de residuos que van a parar a los países más pobres-.

En definitiva, defienden rebelarse contra un sistema profundamente injusto que esquilma las bases que sostienen la vida en la Tierra.


MANIFIESTO POR EL CLIMA

Más allá de la COP25: los pueblos por el clima

Las decisiones unilaterales del gobierno chileno de Sebastián Piñera de cancelar la celebración de la COP 25 en Chile –ignorando a los movimientos sociales chilenos y del resto de América Latina y su trabajo previo de meses– y del gobierno de Pedro Sánchez de acoger el evento, obligan a los movimientos sociales del Estado español a tomar un relevo sobre el que no han sido consultados, en un marco temporal casi inasumible para garantizar una participación y contestación social adecuadas.

Siendo conscientes del claro eurocentrismo que implica la celebración de una COP en un país europeo por tercer año consecutivo, aceptamos el reto de articular protestas y críticas contra estas políticas como una enorme responsabilidad. Lo hacemos desde la rabia e impotencia ante las injusticias y atrocidades que se están cometiendo contra el pueblo chileno, desde la solidaridad y apoyo frente a la decisión de continuar con la celebración de la Cumbre de los Pueblos y de la Cumbre Social por la Acción Climática en Chile, y desde la determinación de intentar generar un espacio donde su voz también pueda ser escuchada.

Condenamos de forma tajante y sin tapujos la violación de derechos humanos en Chile y exigimos su cese. La declaración de guerra contra el pueblo chileno por parte de su gobierno es un ataque a la democracia y a la lucha por la justicia social. Demandamos que los responsables de esta represión sean sancionados. Queremos poner bajo el foco que la protesta social en Chile y en otros lugares del mundo es también la expresión de la crisis ecológica. El paradigma del crecimiento económico ilimitado está estrellando a la humanidad contra unos límites planetarios que desde el sistema económico se insiste en invisibilizar.

Vivimos tiempos convulsos de auténtica emergencia ecológica, climática y social. El diagnóstico científico es diáfano respecto a la gravedad y la urgencia del momento. El crecimiento económico se produce a costa de las personas más vulnerables: las personas racializadas, las personas indígenas, el campesinado, las personas empobrecidas, las personas migrantes, las personas LGBTI y queer, las comunidades de vanguardia en resistencia… Y se produce también a costa de nuestro entorno, las demás especies y los ecosistemas. Las mujeres, que forman parte de todos estos colectivos, se ven afectadas diferencialmente y son víctimas de las peores consecuencias del modelo capitalista cisheteropatriarcal.

Como activistas con base en el Estado español y la Unión Europea, queremos asumir la responsabilidad de denunciar el papel explotador de las regiones enriquecidas del mundo y su protagonismo en la generación de “zonas de sacrificio” en países empobrecidos, a través del extractivismo energético, material y cultural, que destruye comunidades y bienes comunes. Estamos viviendo en países que impulsan el consumo y la destrucción de la humanidad y la naturaleza, imponiendo nuestros modelos y visiones del mundo en otras partes del planeta.

Desde estos mismos países, que poseen una gran capacidad militar (especialmente armamento nuclear), se impulsa un nuevo concepto de securitización climática para proteger sus intereses por medio de la ocupación de importantes nichos de poder y dejando el control de tecnologías clave para la transición energética en manos grandes empresas de seguridad, mientras se incrementa la militarización de las fronteras y se acaparan tierras por todo el planeta. El cambio climático continuará alimentando conflictos armados y guerras a gran escala y violencia entre comunidades.

Desde esta posición privilegiada, nos comprometemos a asumir la responsabilidad de nuestro pasado común, presente y futuro. Nos rebelamos para cambiar este sistema letal.

Es necesario desenmascarar la hipocresía de gobiernos que llevan décadas fracasando en las negociaciones climáticas, al tiempo que blindan tratados comerciales y de inversiones como herramientas de dominación del capital, dirigidos a perpetuar el desequilibrio de poder que permiten el lujo de unas pocas personas a costa del sufrimiento de la mayoría, acaparando, privatizando y financiarizando cada vez mayores esferas de la vida. Esos mismos gobiernos alimentan la industria fósil con subsidios millonarios y protegen y rescatan bancos fósiles que se lucran con la crisis climática y la devastación ambiental y social.

El papel de las empresas transnacionales españolas y europeas en regiones como América Latina han supuesto una prolongación de la larga noche de los 500 años de colonialismo, acrecentando la crisis ecológica, y minando las posibilidades de soberanía de los pueblos. Chile, hoy, es la expresión del cansancio de las políticas neoliberales y extractivistas en todo el continente. América Latina es Chile y Chile es América Latina.

Creemos en la justicia climática como el eje vertebrador de la lucha social de nuestro tiempo: porque la sostenibilidad es imposible sin justicia social, y la justicia no existe sin un respeto a todos los seres que viven en el planeta. La justicia climática es el paraguas más amplio que existe para proteger bajo su esfera toda la diversidad de luchas por otro mundo posible: ecologismo, activismo climático, feminismo, LGBTIQ+, sindicalismo, antirracismo, antifascismo, antimilitarismo, movimientos decoloniales, movimiento indígena, movimiento campesino, movimiento rural… Promovemos la justicia climática como un movimiento de movimientos en el que quepan muchos mundos diversos.

Nos comprometemos a trabajar para dar visibilidad a las demandas que garanticen una transición justa realizada con la rapidez suficiente, para evitar nuevas catástrofes, como un calentamiento por encima de los 1.5°C o el colapso de los ecosistemas y la sociedad. Es necesario tomar decisiones basadas en la ciencia; la comunidad científica ya ha indicado con claridad la necesidad de dejar la mayor parte de los combustibles fósiles en el subsuelo, sin extraer, para lograr unas reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero que estén a la altura del reto climático.

Por ello nos rebelamos contra los modelos extractivistas relacionados con la producción y consumo de energía fósil en todo el mundo, así como rechazamos también con especial énfasis el uso civil y militar de la energía nuclear.

Instamos a un cambio radical en el modelo de movilidad que conduzca a la reducción del transporte masivo de mercancías y personas, causantes entre otros problemas de la turistificación y gentrificación exacerbadas en las ciudades, donde generan graves desigualdades sociales. El modelo de transporte debe paliar al mismo tiempo el creciente aislamiento del medio rural, una de las causas de su progresivo despoblamiento.

Denunciamos los intentos de promover falsas soluciones como aquellas basadas en la geoingeniería, que pretenden mantener el statu quo del actual sistema productivo, aleja el foco de las verdaderas soluciones y amenaza, además, con desiguales impactos a escala planetaria que nuevamente sacrificará primero a las comunidades más desfavorecidas.

Denunciamos también la imposición de un modelo de producción y consumo que no reconoce la alimentación como un derecho y que es corresponsable de la crisis climática y de biodiversidad y condena al hambre a más de 800 millones de personas. Exigimos una transición agroecológica que impulse sistemas justos y sostenibles, que respeten la soberanía alimentaria de los pueblos.

De igual forma, denunciamos la imposición de un modelo de producción y consumo basado en el “usar y tirar” que afecta una vez más a las personas más empobrecidas. Las cantidades ingentes de residuos producidos por los países enriquecidos son trasladados en su mayor parte a países del Sur obligando a vivir en una espiral de pobreza, violencia y condiciones insalubres a las comunidades y colectivos más vulnerables que habitan esos lugares.

Por otra parte la explosión social chilena y su brutal represión nos muestra que la crisis civilizatoria que vivimos es también una crisis democrática. Necesitamos avanzar hacia la construcción de modelos más democráticos de sociedad, que garanticen la toma de decisiones colectivas poniendo el bien común en el centro. En este sentido, la decisión de trasladar la COP 25 a Madrid supone también una merma democrática al comprometer los trabajos de meses de numerosas redes, colectivos y organizaciones de todo el mundo que no podrán ahora participar de la forma que habrían deseado.

Nos solidarizamos con quienes más sufren, con las personas trabajadoras y con las comunidades que están en primera línea de resistencia en todos los continentes. También nos solidarizamos con quienes menos han participado en alimentar la crisis climática y más acusan sus impactos. Apoyamos a todas las personas de cualquier género, origen, lengua, raza, etnia, capacidad física, orientación sexual, experiencia, edad y creencia.

Hacemos un llamamiento a personas y colectivos a rebelarse frente a un sistema capitalista opresor que expulsa cada vez a más personas –muchas de las cuales se ven obligadas a migrar de sus territorios– y esquilma de forma creciente las bases que sostienen la vida. Hacemos un llamamiento a participar en la respuesta social a la COP25 y a tejer red y construir comunidad frente a una crisis climática que es solo el síntoma más visible de un sistema profundamente injusto.



Invitamos a todas las personas y colectivos que se sientan interpelados por estas demandas a participar en la construcción de la Cumbre Social por el Clima, para rebelarse, proponer y tejer comunidad. Frente a la creciente represión y las estrategias para dividir y desmovilizar a los movimientos, mostraremos más unidad que nunca en la lucha común por la justicia.





La COP25 debe alcanzar compromisos ambiciosos, reales y tangibles


Transición Justa frente a la Emergencia climática, que nadie se quede atrás

Estamos ante una emergencia climática, el mayor reto al que se enfrenta la Humanidad. Gobiernos y empresas deberían tener marcada una única prioridad: avanzar hacia una economía baja en carbono, aumentando la ambición a la vez que se establecen medidas de transición justa.

UGT considera que es necesario un cambio profundo y rápido de la forma en que producimos, nos movemos y consumimos. Esto representa una revolución de dimensiones que no se han visto hasta ahora porque implica, entre otros aspectos, transformaciones globales industriales y cambios tecnológicos de gran alcance, el desarrollo de un nuevo mix energético y la implantación de la economía circular.

Esta necesaria revolución no solo generará efectos positivos sobre la salud y la calidad del aire, también reducirá la dependencia energética y podría representar un gran impulso para la creación de empleo verde y decente, así como una oportunidad para reforzar las capacidades tecnológicas e impulsar una industria sostenible.

Realizar todo este cambio requiere de inversión económica, estabilidad y voluntad política. Por este motivo, UGT requiere de la COP25 alcanzar compromisos ambiciosos, reales y tangibles en la cumbre que se desarrolla desde hoy y hasta el día 13 de diciembre en Madrid.

Cambio del mercado laboral

La transición remodelará profundamente el mercado laboral, generando nuevas oportunidades para los trabajadores y las trabajadoras. Se crearán nuevos empleos, pero también, se destruirán otros muchos y algunas ocupaciones existentes se transformarán en otras nuevas.

Habrá sectores y regiones, especialmente los que dependen de industrias intensivas en carbono, que pueden verse más negativamente afectados que otros. Es necesario anticiparse a estas tendencias y a su impacto en los trabajadores y las trabajadoras. Para ello, la labor sindical es especialmente importante. Tenemos que participar en la gobernanza climática y en la planificación de las correspondientes políticas a todos los niveles y demandar que la política climática vaya acompañada de mayor igualdad, justicia y solidaridad.

Justicia climática y social

El éxito del proceso dependerá también del modo en que nuestra sociedad tenga en cuenta a las personas y colectivos más vulnerables, ya que la transición solo será efectiva si se lleva a cabo bajo una perspectiva de justicia climática y social. De ahí que toda esta transformación deba hacerse bajo el paraguas de una Transición Justa que asegure que no se deja a nadie atrás y que esté basada en el diálogo social como herramienta principal.

UGT considera imprescindible contar con medidas concretas de apoyo a los sectores e industrias afectados y a los trabajadores y las trabajadoras más vulnerables. Sin olvidar que es necesario diseñar planes de formación y de reactivación territorial, en los que prime la diversificación de actividades económicas sostenibles, ayudando a la vertebración del territorio y al desarrollo rural.

Demandas sindicales prioritarias para la COP25

Desde la Confederación Sindical Internacional (CSI), los sindicatos demandamos a todos los líderes de los países que incrementen urgentemente la ambición y establezcan planes o estrategias de transición justa que cuenten con suficiente presupuesto y con la participación de los agentes sociales. Nos quedan apenas 10 años, no basta con seguir hablando, es tiempo de actuar. Hace falta:



  • Aumentar la ambición respecto al clima con una transición justa. Los sindicatos reclaman empleos decentes en un planeta vivo. Generar confianza a través de las garantías que ofrecen unas medidas de transición justa para todos los trabajadores, sus familias y comunidades, permitirá a los Gobiernos mostrar una mayor ambición. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2019 (COP25) ha de mostrar el compromiso de los Gobiernos a esa mayor ambición en el desarrollo de nuevos planes sobre el clima, las Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (CDN) previstas en 2020.
  • Sumarse a la nueva iniciativa “Acción Climática para el Empleo”. El movimiento sindical insta a los Gobiernos a sumarse a la iniciativa “Acción Climática para el Empleo”, presentada durante la Cumbre sobre la Acción Climática 2019 en Nueva York. Los sindicatos deben estar en la mesa de negociación, para que se tome en cuenta la voz de los trabajadores afectados por la crisis del clima y las políticas climáticas.
  • Compromiso a financiar un desarrollo bajo en carbono, apoyo a los más vulnerables. Una financiación adecuada para la lucha contra el cambio climático es la piedra angular de una política climática eficaz. Hace falta asegurar la transición hacia bajas emisiones de carbono en el Norte global y encaminar al Sur global hacia una vía de desarrollo bajo en carbono. Los Gobiernos deben cumplir su promesa de movilizar 100.000 millones de USD al año para 2020.







41 años de la Constitución Española en el contexto de la Cumbre Mundial por el Clima

UGT confía en que la celebración de la COP 25, en nuestro país, que llama a la emergencia climática, permita impulsar el artículo 45 de la CE referente al derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado y recuerda que hay que aprovechar la lucha contra el cambio climático para avanzar hacia un modelo económico, más justo social y medioambientalmente.

Exige a los partidos políticos altura de miras y que busquen los consensos necesarios para constituir un Gobierno que, cuanto antes, haga posible el cumplimiento de los mandatos constitucionales.

Considera que la presencia de un partido ultraderechista como VOX (con argumentos anticonstitucionales en diversas materias) en la mesa del Congreso de los Diputados, ensombrece el 41 aniversario de la Constitución Española (CE).

El artículo 45 de la Constitución Española afirma que: “Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo; que los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva; y que para quienes violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los términos que la ley fije, se establecerán sanciones penales o, en su caso, administrativas, así como la obligación de reparar el daño causado”.

En este 41 aniversario de la Carta Magna, que coincide con la celebración en Madrid de la Cumbre de Naciones Unidas sobre el Clima, el cumplimiento de este artículo se hace más necesario que nunca. Máxime teniendo en cuenta que ya no hay tiempo, que hay una emergencia climática, un punto de no retorno si no nos tomamos en serio la lucha contra la contaminación en nuestro planeta. Los Estados deben comprometerse a reducir, de manera drástica, los gases de efecto invernadero, para que el calentamiento global se quede dentro del límite de los 2º C establecidos en el Acuerdo de París. En la COP25 se deben alcanzar compromisos ambiciosos, reales y tangibles y esto exige un cambio profundo y rápido en la forma que producimos, nos movemos y consumimos.

UGT que participa, de forma muy activa, en la multitud de actividades en torno a la COP25, propone medidas para avanzar hacia una economía baja en carbono, pero garantizando, al mismo tiempo, una transición justa para los trabajadores y trabajadoras, de tal forma que no se quede nadie a atrás. La lucha contra el cambio climático debe convertirse en una oportunidad para avanzar hacia un modelo económico, más justo social y medioambientalmente.

Conformación de un Gobierno cuanto antes para que dé cumplimiento a los mandatos constitucionales

Con motivo de este 41 aniversario de la Constitución Española, UGT hace un llamamiento a los partidos políticos para que asuman sus responsabilidades y busquen los consensos necesarios para constituir un Gobierno que, cuanto antes, haga posible el cumplimiento de los mandatos constitucionales.

Unos mandatos burlados durante años con la excusa de la crisis, y que ahora vuelven a congelarse ante la falta de diálogo, con mayúsculas, por parte de los partidos políticos para conformar un Gobierno. Es más, el panorama constitucional se ensombrece más aún si cabe, con la irrupción, por primera vez, en la Mesa del Congreso de los Diputados de un partido ultraderechista, como Vox, que preconiza justamente lo contrario a lo que dicta nuestra Constitución en distintas materias.

Y mientras persiste este contexto político, continúan adelante legislaciones lesivas para los derechos de los trabajadores y trabajadoras y para la sociedad en su conjunto, que es preciso derogar: como los dos últimas reformas laborales (en especial la de 2012, que endureció el artículo 52.d del Estatuto de los Trabajadores para facilitar el despido objetivo de los trabajadores y trabajadoras, aunque haya bajas justificadas); la reforma unilateral de pensiones, aprobada por el Gobierno del Partido Popular, en 2013, que acabó con el consenso político y social en esta materia; o el artículo 315.3 del Código Penal que sigue criminalizando el derecho de huelga. Así, continúan los recortes de derechos laborales y sociales y la situación crítica de muchos ciudadanos que sufren pobreza y exclusión social, algo totalmente contrario al mandato constitucional.

Establecer un suelo de gasto público y suprimir el artículo 135

Por otra parte, si no hay voluntad para abordar consensos políticos y sociales amplios, será imposible abordar las necesarias reformas constitucionales para mejorar la vida de los ciudadanos. Reformas orientadas a defender el derecho del trabajo, garantizando su dignidad, calidad y estabilidad, frente al uso abusivo de prácticas que vulneran los principios de justicia e igualdad. Reformas orientadas a hacer realidad derechos que muchas veces se quedan en quimeras: como la igualdad en todos sus ámbitos (acabando con las diferentes brechas y con la violencia de género); un régimen público de Seguridad Social, protección social y atención a las personas en situación de necesidad, blindado ante tentaciones de liberalización y/o privatización.

Asimismo, es necesario un reconocimiento explícito al derecho a una pensión pública, digna, suficiente y justa (lo que pasa por garantizar el poder adquisitivo de los pensionistas conforme al IPC); una definición rotunda sobre el derecho a la vivienda digna y adecuada; el reconocimiento de que los trabajadores y trabajadoras puedan ejercer su derecho a huelga, manifestación y representación; o el establecimiento de un suelo de gasto público (es preciso derogar el artículo 135 de la Constitución que impone un techo de gasto).

Al mismo tiempo, a juicio de UGT, sería necesario una redacción del artículo VIII para avanzar decididamente hacia un Estado Federal, a partir de un debate plural y sensible con la realidad cultural y política de cada Comunidad Autónoma.


Sin respeto al medioambiente no puede haber desarrollo económico

Álvarez exige responsabilidad para hacer del COP25 un foro de debate para buscar soluciones a la crisis medioambiental y no una feria de turismo

"Hoy sin respeto al medioambiente no puede haber desarrollo económico", ha manifestado hoy Pepe Álvarez, Secretario General de UGT, en las palabras de bienvenida al Encuentro de Estrategia de la Confederación Sindical Internacional (CSI), que se desarrolla, en el marco de la COP25, en la casa del pueblo de UGT en Madrid, sede del Sindicato.

Ha insistido que este proceso de transición no se va a poder desarrollar sino es justo, que tiene que tener en cuenta a las personas, a los territorios, no dejar a nadie en el camino y situar los nuevos retos medioambientales con los derechos de las personas.

Álvarez, que ha agradecido el trabajo de la Confederación Sindical Internacional (CSI) ha exigido a los gobiernos, a los participantes en la COP25, responsabilidad. "Ifema no puede convertirse en una feria de turismo" -ha dicho- "y, los que hemos estado allí, hemos visto que casi se parece más una feria de turismo que a un verdadero foro de debate para poner solución a los graves problemas medioambientales".

La COP25 no debe mostrar una imagen no real

"No es posible que no seamos capaces de abordar de forma clara y eficaz cómo se va a frenar el deterioro del planeta. No queremos acciones propagandísticas ni multinacionales que no respeten el medioambiente y que vienen a mostrar en el COP25 una imagen que no es la real".

El Secretario General de UGT se ha referido en su intervención a la reciente conmemoración del 130 aniversario del sindicato para resaltar que se pone de manfiesto "el papel de la lucha sindical global para conseguir la mejora de los derechos de las trabajadoras y trabajadores" y ha mostrado su "tristeza" porque la COP25 se tenía que haber celebrado en Chile, no en Madrid. En este sentido ha manifestado la solidaridad del sindicato con el pueblo chieno, sus organizaciones sindicales, especialmente con la CUT de Chile, que anteayer protagonizó una gran movilización en su país.

Chile debería renunciar a la presidencia de la COP25

"Creo que el gobierno chileno debería renunciar a la presidencia de la COP 25. El sindicalismo chileno tiene razón y cuenta con nuestro apoyo y ha destacado su lucha por los derechos humanos y por acabar por con cualquier tipo de elemento que quede de la larga y dura dictadura chilena.

Álvarez ha reiterado el compromiso de la Unión General de trabajadores en la lucha contra el cambio climático; ha felicitado a la CSI y a su presidenta Sharon Burrow por su participación activa en la cumbre del Clima y con el movimiento medioambientalista de jóvenes y otras organizaciones sociales porque al planeta se le acaba el tiempo y es necesario situar la emergencia climática como elemento clave para parar el deterioro medioambiental del plantea es clave.

Por último, ha destacado que ell medioambiente es un derecho de todos; lo son también los derechos sindicales y la represión sindical es la violacion de un derecho humano. Y ha abogado por el multilateralismo -Naciones Unidas, la OIT...- frente a los ataques que recibe de personas como Trump como el mejor espacio para dialogar y luchar por un mundo mejor.



En el acto ha participado, entre otros, también la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos y expresidenta de Chile, Michelle Bachelet y la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena. Durante el desarrollo del mismo se emitirá un vídeo de la Secretaria General de la CSI, Sharan Burro.



La policía de la ONU expulsa de la COP25 a la delegación de UGT, por protestar pacíficamente

Manifestantes de la delegación de UGT y de la Confederación Sindical Internacional en la COP 25 fueron expulsados por manifestarse contra la inoperancia de la COP25 y los gobiernos y la falta de decisiones para una transición justa. A varios de ellos, como a la Secretaría de Medio Ambiente de UGT, Ana García de la Torre, se les arrancó la acreditación. 

La policía de la ONU expulsó también a Cristina Antoñanzas, Vicesecretaria General; Jesús Gallego, Secretario de Política Internacional; Ana Garcia de la Torre, Secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente; Eduardo Magaldi, portavoz de la asociación juvenil RUGE-Revolución Rugetista; junto a varios sindicalistas internacionales como Tamara Muñoz, vicepresidenta CUT Chile -hay que recordar que Chile preside la COP25 y las organizaciones sindicales le exigen que renuncie a la presidencia-; Ibis Fernández, responsable ecología y medioambiente de la CGT Perú, y Joaquín Turco, de la Secretaría de internacional de la CTA Autónoma Argentina; Daniel Gaio (CUT BRASIL), Sergio González (CTA-T) y delegados y delegadas de la Confederación Sindical Internacional (CSI).

Las organizaciones sindicales exigimos a la COP25:

Desde la Confederación Sindical Internacional (CSI), los sindicatos demandamos a todos los líderes de los países que incrementen urgentemente la ambición y establezcan planes o estrategias de transición justa que cuenten con suficiente presupuesto y con la participación de los agentes sociales. Nos quedan apenas 10 años, no basta con seguir hablando, es tiempo de actuar. Es inadmisible q los países se nieguen a tener en cuenta el género en las cuestiones medioambientales. Hace falta:



  • Aumentar la ambición respecto al clima con una transición justa. Los sindicatos reclaman empleos decentes en un planeta vivo. Generar confianza a través de las garantías que ofrecen unas medidas de transición justa para todos los trabajadores, sus familias y comunidades, permitirá a los Gobiernos mostrar una mayor ambición. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2019 (COP25) ha de mostrar el compromiso de los Gobiernos a esa mayor ambición en el desarrollo de nuevos planes sobre el clima, las Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (CDN) previstas en 2020.
  • Sumarse a la nueva iniciativa “Acción Climática para el Empleo”. El movimiento sindical insta a los Gobiernos a sumarse a la iniciativa “Acción Climática para el Empleo”, presentada durante la Cumbre sobre la Acción Climática 2019 en Nueva York. Los sindicatos deben estar en la mesa de negociación, para que se tome en cuenta la voz de los trabajadores afectados por la crisis del clima y las políticas climáticas.


El New Green Deal de la Comisión Europea puede ser una gran oportunidad

Pepe Álvarez interviene en el debate sobre Transición Justa y Futuro del Trabajo en la COP25

El Secretario General de UGT, Pepe Álvarez, afirma que es el momento de sentar las bases para una Europa más limpia, saludable, ecológica y sostenible y que el New Green Deal de la Comisión Europea puede ser una gran oportunidad para Europa y para España para realizar una transición justa hacia una economía verde libre de carbono.

Pepe Álvarez ha realizado estas declaraciones durante su intervención en el debate de la COP25 “Transición Justa y Futuro del Trabajo”, que ha sido moderado por la Secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT, Ana García, y donde ha señalado que el “New Green Deal” es “un acuerdo totalmente estratégico para Europa, que pretende transformar el modelo económico del continente, convirtiendo a Europa en el líder de una nueva economía baja en carbono”.

“No podemos dejar pasar esta oportunidad”, ha afirmado. “Urge implantar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y aplicar los Acuerdos de París. Para las trabajadoras y trabajadores europeos no hay ambición climática sin una transición justa”.

Una transición ecológica justa

En relación a esta necesaria transformación, ha señalado que “UGT lleva mucho tiempo pidiendo un cambio de modelo productivo hacia uno más sostenible. Hemos firmado ya un acuerdo marco para la Minería del Carbón y las Comarcas Mineras 2019-2027, enfocado hacia una transición ecológica más justa. Es un paso clave en esta lucha contra el cambio climático”.

En este sentido, ha considerado que “debemos dejar atrás la economía basada en los servicios y pasar a una economía basada en la industria. Para ello, necesitamos que se investigue, que se desarrolle y que produzcamos cosas con valor añadido. Es necesario dejar de hablar del trabajo del futuro porque el trabajo del futuro es hoy y no hace falta esperar a ver qué pasa en 5 años”.

Un trabajo que viene marcado por la revolución tecnológica. “Los avances tecnológicos deben usarse para contrarrestar este cambio climático, y también como una ayuda a los trabajadores y trabajadoras. Para el sindicato la digitalización y la robotización progresiva abrirán una oportunidad para reducir la jornada laboral y ampliar la formación para, por ejemplo, combatir el cambio climático”.

Una formación que el Secretario General de UGT aboga “que se estructure en una jornada de 32 horas semanales, 4 días a la semana, y el quinto día destinarlo a la formación de los trabajadores y trabajadoras”.

El Diálogo Social, imprescindible en este cambio

Para Pepe Álvarez, esta transición no se podrá hacer sin Diálogo Social. “Este cambio se debe estructurar a todos los niveles, desde las empresas, sectores y territorios vulnerables hasta nivel estatal. Hay que establecer la coordinación efectiva de todas las medidas implantadas. La presencia de organizaciones sindicales es imprescindible, pero también de los agentes económicos y de todos los Ministerios, porque es una materia transversal”.

Un Diálogo Social que debe “contar con medidas específicas de apoyo a los sectores e industrias afectados; incluir protección social personas trabajadoras más vulnerables al proceso de transición energética; diseñar planes de reactivación territoriales, en los que prime la diversificación de actividades económicas y se centre en el desarrollo rural; impulsar planes de formación y capacitación de los trabajadores y trabajadoras en relación a los nuevos empleos verdes; y establecer un fondo económico para el Plan Estratégico”.

De la COP25 deben salir compromisos ambiciosos, reales y tangibles

Durante su intervención en la moderación del debate, Ana García ha afirmado que “es perfectamente compatible el crecimiento económico con el respeto y el cuidado del medioambiente”.

Pero, para ello, ha reclamado “una auténtica revolución, un cambio profundo y rápido de la forma en que producimos, nos movemos y consumimos. Esto implica transformaciones globales industriales y cambios tecnológicos de gran alcance, el desarrollo de un nuevo mix energético y la implantación de la economía circular”.



En este sentido, ha recordado que UGT “viene reclamando desde hace años empleos decentes en un planeta vivo. Llevar a cabo todo este cambio requiere de inversión económica, estabilidad y voluntad política. Por este motivo, es urgente que la COP25 alcance compromisos ambiciosos, reales y tangibles. Nos jugamos el presente y el futuro”.


Carmen Castilla propone en la Cumbre del Clima un modelo de colaboración a través de la figura del Delegado de Transición Ecológica

La secretaria general de UGT Andalucía, Carmen Castilla, ha presentado este viernes, 13 de diciembre, durante los actos de la Cumbre del Clima, en Madrid, el libro "Informe de situación de las emisiones de CO2 en el Mundo, 2017", cuyo patrocinador principal es Global Omnium y ha expuesto la posición del sindicato encabezando una transición justa, que permita la sostenibilidad medioambiental, pero evitando la pérdida de puestos de trabajo. Castilla ha anunciado que "UGT como Organización líder sindical propone un modelo de colaboración a través de la figura oficial del ‘Delegado de Transición Ecológica', figura que desde UGT propondremos que, con la formación adecuada, ostenten las personas que actualmente ejercen otras funciones de Delegado Sindical, siempre que sea viable, pero que no exista empresa u organización que no cuente con esta figura".

"Sus funciones deben ser velar porque en la empresa u organización se adoptan los estándares y buenas prácticas medioambientales y de sostenibilidad necesarias para garantizar el proceso de adaptación a los riesgos del cambio climático. Además, este nuevo tipo de Delegado, debe velar por la transparencia en la información a la hora de introducir un nuevo modelo de negocio basado en la economía circular, de forma que se garantice la competitividad empresarial, y especialmente la adaptación tecnológica para hacer frente a la supervivencia empresarial, pero aplicando la formación necesaria para que en lugar de pérdida de puestos de trabajo, se traduzca en generación de empleo. Todo ello en el nuevo marco de lucha contra la emergencia climática", ha dicho.

La secretaria General de UGT-A propone, además, que el Delegado de Transición Ecológica, vele porque se destinen los recursos necesarios para que dicha transformación se realice manteniendo la integración real de la lucha contra la emergencia climática con la sostenibilidad de los puestos de trabajo, y la generación de nuevas oportunidades de crecimiento gracias a la evolución empresarial en la estrategia de lucha contra la emergencia climática. Esta figura debe estar vigilante para que las empresas u organizaciones no deriven sus actuaciones a situaciones puntuales de imagen, sino que mantengan un compromiso firme con la emergencia climática y la defensa del medio ambiente.

Según la secretaria general de UGT Andalucía, "todo ello a través de un modelo de evaluación continua que realizará el Delegado de Transición Ecológica juntamente con los departamentos especializados de la Empresa u Organización, que deberá integrarse de forma obligatoria en los nuevos modelos macroeconómicos de evaluación de las entidades empresariales o prima de riesgo por su exposición a una economía de carbono".

"Aprovechando las palabras del Presidente del Gobierno en el acto de inauguración de la COP25, esta nueva figura de "Delegado de Transición Ecológica" al menos desde UGT vamos a proponer que sea realizada por una mujer, como necesidad imperiosa de que el 50 % de la población participe con mayor protagonismo si cabe, en este compromiso social que es la lucha contra la emergencia climática a través de una Transición Justa", ha dicho Castilla.

También ha participado en la atención a los medios de comunicación en la Zona Verde de la COP25, Juan Luis Pozo, director de Sostenibilidad Corporativa de Omnium Global, quien ha resumido los objetivos del libro "Informe de situación de las emisiones de CO2 en el Mundo, 2017" del que es uno de los autores y cuyo patrocinador principal es dicha empresa.

Cambio climático y transición justa pueden converger

Entre las conclusiones está el riesgo de que la transición provoque una deslocalización de empresas de las regiones con menos recursos: "Las industrias más contaminantes se encuentran en las regiones, como Andalucía, donde menos renta per cápita hay. Madrid tiene las empresas menos contaminantes, menos industrias contaminantes, y al mismo tiempo la que más renta per cápita tiene para hacer frente a ese cambio del modelo energético. Las industrias contaminantes que hay en Andalucía, pueden deslocalizarse cuando tengan que cerrar o invertir para cambiar el modelo, y empiece una migración climática. Eso lo advierte el informe".

Juan Luis Pozo también ha destacado el compromiso de Omnium Global con el planeta, en aportar soluciones tecnológicas por un acceso universal y equitativo del agua.

La secretaria General de UGT-A, también se ha referido al cambio climático y a una transición justa, como conceptos globales. Para Carmen Castilla no estamos hablando ni discutiendo, a pesar de que muchos se empeñen en confrontar a la sociedad en ello, sobre si la transformación vertiginosa que está sufriendo la opción el planeta en el que vivimos nos va a afectar antes o después, pues realmente ya nos ha afectado, nos está afectando y nos va a afectar, lo que estamos discutiendo y lo que estamos poniendo en conocimiento de la sociedad, si esta lucha o esta gestión del cambio climático de nuevo y una vez más, se va a realizar a costa de las clases más desfavorecidas".

"Esto último es una realidad de tal magnitud que observamos con gran preocupación, pero con poca ocupación hasta la fecha, los migrantes climáticos, todos aquellos que abandonan los lugares donde han vivido tradicionalmente, para trasladarse a otros lugares que representen al menos una oportunidad de mantener los mínimos esenciales para una vida digna", ha señalado.

Según la líder de UGT, "ya no estamos hablando de la crisis de la migración hacía entornos más viables para la vida en un presente inmediato, como es la migración del norte de África hacía Europa, estamos hablando de la migración que se provoca por el desplazamiento de inmensas cantidades de seres humanos, por la sencilla no ya de no tener oportunidades económicas, sino sencilla y llanamente por no tener agua por la desertización continua de los lugares en los que viven, o incluso por el fenómeno totalmente contrario que son las grandes catástrofes naturales que asolan regiones y países y que dejan totalmente abandonados a su suerte en millones de personas".

"Pero esta crisis o emergencia climática que en los países desarrollos queremos seguir observándolo como algo que nos afecta, pero cuya afección se producirá especialmente en los países subdesarrollados, y en cierto sentido de forma hipócrita ya convivimos con sus migraciones, afecta más que nunca o para los que siguen negando la realidad, va a afectar más que nunca, al estado del bienestar social en nuestros países desarrollados".

Cambiar el modelo hacia una economía verde

"La cuestión es simple y evidente, la lucha contra el cambio climático tiene un coste, y este coste a pesar de muchos, ya no lo van a pagar los países subdesarrollados porque ya lo han pagado y ya no les queda nada más para pagarlo, lo van a pagar los países desarrollados y de forma muy agresiva a la clase trabajadora donde nos encontramos todos", ha señalado.

"En los próximos años, en la década que se inicia de forma inminente 2020-2030, toda la clase trabajadora va a sufrir un vuelco fundamental (más pronto que tarde) en su modelo de adaptación a la nueva realidad laboral. Muchas empresas actuales no van a sobrevivir por falta de competitividad o por ausencia de modelo de negocio, a una nueva realidad marcada especialmente por la fiscalidad verde. Muchas empresas actuales para poder sobrevivir a esta nueva realidad, van a tener que realizar grandísimas inversiones económicas en el cambio de su modelo de negocio, lo que conllevará como suele ser habitual una reducción de plantillas en virtud de la reducción de los márgenes empresariales".

"La fiscalidad verde incidirá en las empresas, pero realmente se terminará repercutiendo en la economía diaria con un alza de los precios, alza que sí no va aparejada de una transición justa salarial, conllevará una pérdida sin precedentes en el poder adquisitivo de los más desfavorecidos, lo cual influirá directamente en la economía, generándose una menor capacidad de gasto y consiguientemente una mayor reducción nuevamente de puestos laborales en el sector servicios".

"Por todo esto, y observando muy directamente nuestro compromiso ineludible con los más desfavorecidos y con los países en vías de desarrollo, a través de la necesaria transferencia tecnológica que ayude a evitar las migraciones climáticas, en nuestro primer mundo se suma al reto anterior la necesidad de que la representación de los trabajadores se involucre seriamente en la gestión empresarial con el objetivo de la transición justa".


Una COP alejada de las personas

Para la Unión General de Trabajadores, tras dos semanas de negociaciones, la 25ª Cumbre del Clima celebrada en Madrid ha fracasado rotundamente en sus principales objetivos de regular los mercados de carbono y de lograr un compromiso de mayor ambición de los principales países emisores. Pero lo peor de todo, es que es algo que se veía venir desde el principio, no ha sido una sorpresa.

No ha servido de nada la gran movilización de la sociedad, encabezada por los movimientos juveniles y respaldada por las organizaciones sindicales, que celebró una gran manifestación en Madrid y realizó diferentes actos reivindicativos, tanto dentro como en los alrededores del lugar de celebración de la COP. Incluso en uno de estos actos, una concentración pacífica en uno de los pabellones donde se celebraba la Cumbre, la seguridad de la ONU llegó a quitar la acreditación a nuestra Secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente, Ana García de la Torre, por reivindicar la inclusión de los derechos humanos y la justicia social en las negociaciones y textos de la cumbre. Además, se expulsó a más de 200 personas que allí se encontraban exigiendo, simplemente, que los Gobiernos dejaran las palabras y pasasen a la acción. Que aplicasen el propio lema de la COP: “Es tiempo de actuar”.

Es indudable la brecha actual que existe entre las demandas de una sociedad, que ya siente los impactos del calentamiento global y que ve cómo nos acercamos a un futuro muy oscuro donde, como casi siempre, las personas y colectivos más vulnerables (clase trabajadora, jóvenes, pueblos indígenas, mujeres, etc.) son los que van a resultar los más perjudicados y la voluntad de parte de la clase política y de ciertos intereses económicos.

El tiempo se acaba

La Cumbre de Madrid se presentó como la Cumbre de la ambición, pero tras dos días de prórroga, lo que ha hecho que sea la COP más larga de la historia, no se ha conseguido culminar con éxito. Los delegados y delegadas de los casi 200 países no han sellado compromisos firmes de reducción de emisiones, y tampoco han sido capaces de cerrar uno de los puntos más conflictivos del Acuerdo de París, que es el ya famoso artículo 6, que hace referencia al mercado de intercambio de derechos de carbono.

Para UGT, el tiempo se acaba. La comunidad científica es clara en su mensaje. Necesitamos incrementar la ambición y aplicar medidas adicionales si queremos que el aumento de la temperatura se mantenga por debajo de 1,5ºC en comparación con los niveles preindustriales. Actualmente, con los compromisos del Acuerdo de París, nos iríamos a más de 3ºC, lo que provocaría unas catástrofes naturales sin precedentes. Se necesita voluntad y medidas concretas para poder revertir la situación. Ya nadie duda de que el coste de no actuar es mucho mayor al de hacerlo.

Pese a ello, los grandes países contaminantes, como Estados Unidos, China, India o Rusia han eludido su responsabilidad de reducir sus emisiones, por lo que la mayor ambición suscrita por 84 países, que se han comprometido a presentar planes más ambiciosos en 2020 en línea con lo indicado por la ONU, resulta insuficiente.

Solo la Unión Europea ha mostrado algo de ambición

UGT denuncia que, entre los grandes emisores, únicamente la UE ha mostrado algo de ambición con su nuevo Pacto Europeo Verde, en el que se compromete a desarrollar un Plan integral para elevar el objetivo climático de la UE como mínimo al 50 % de reducción para 2030, y a elaborar una propuesta de un Mecanismo para una Transición Justa, incluyendo un Fondo de Transición Justa y un Plan de Inversiones para una Europa Sostenible.

El acuerdo final de mínimos de la COP25 establece que los países deberán presentar en 2020 unos compromisos más ambiciosos de reducción de emisiones (las llamadas Contribuciones Nacionales Determinadas) para hacer frente a la emergencia climática. También indica que el conocimiento científico será "el eje principal" que debe orientar las decisiones climáticas de los países para aumentar su ambición, que debe actualizarse permanentemente de acuerdo a los avances de la ciencia. Por otro lado, el texto recoge "el imperativo" de que la transición hacia un mundo sin emisiones sea justa e impulse la creación de empleo decente. También reconoce la acción climática de los actores no gubernamentales, a quienes invita a que la incrementen y generalicen estrategias compatibles con el clima.

Como se desprende del acuerdo, se han postergado las medidas concretas, perdiéndose así una gran oportunidad para avanzar, entre otros aspectos, en los planes de trabajo de Transición Justa, dejándose para la próxima COP que se celebrará el año que viene en Glasgow.

Son necesarias unas políticas climáticas justas y efectivas

El mismo Secretario General de la ONU se mostró decepcionado con los resultados: “La comunidad internacional perdió una oportunidad importante de mostrar una mayor ambición en la mitigación, adaptación y financiamiento para afrontar la crisis climática”, aunque también manifestó que no se dará por vencido y llamó al mundo a continuar la lucha.

En este sentido, UGT suscribe la conclusión expuesta por la delegación de la CSI en el plenario de Clausura: “Lo que hemos visto en las últimas dos semanas es una desgracia. Los sindicatos estamos muy decepcionados. Esperábamos ver gobiernos acordando políticas ambiciosas de justicia climática que respondieran a la emergencia climática que amenaza nuestras vidas, trabajos, medios de vida, comunidades y dignidad. Lo que vemos es el polo opuesto. La sociedad civil ha sido bloqueada, literalmente, mientras que los gobiernos retroceden en lo que se ha negociado a lo largo de los años… Lo que hemos visto aquí es que las partes están mucho más interesadas en intercambiar emisiones y ganar dinero con ellas, en lugar de reducirlas. No hay respeto por la ciencia, ni respeto por los derechos humanos, ni justicia social, ni ambición, ni compromisos de acción. Este fracaso no puede separarse de las crisis que vemos en todo el mundo. Necesitamos una acción audaz y transformadora por parte de los gobiernos para allanar el camino para una transición justa”.

Los desafíos para que el movimiento sindical contribuya a políticas climáticas justas y efectivas son enormes. Desde UGT, continuaremos trabajando para que en Glasgow se consiga desarrollar un Plan de Transición justa que garantice los derechos humanos, los derechos de los trabajadores y las trabajadoras y la igualdad de género, a la vez que garantice un planeta de futuro y con futuro para nuestros jóvenes.

Por ello, el sindicato reclama que, para la próxima COP de Glasgow, las organizaciones sindicales estemos en la mesa para negociar políticas de protección social para las personas y territorios más vulnerables. Esta COP ha sido un fracaso para la gente y para nuestro planeta. No podemos permitirnos el lujo de seguir en esta línea. Se nos acaba el tiempo.

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