TRIUNFO DE LA DEMOCRACIA
UN TRIUNFO DE LA DEMOCRACIA
Por fin, ha llegado el momento. El enaltecimiento de la figura del dictador debe acabar, y la restauración de la memoria histórica y el entierro digno de los miles de asesinados y asesinadas en la dictadura, debe ser una realidad.
Poco a poco, se han ido desmintiendo todas las mentiras y excusas que se han puesto para impedir la exhumación del dictador. El Tribunal Supremo ha hecho justicia y, aplicando la sensatez, ha evitado las trabas legales que se intentaron utilizar de manera torticera. La sentencia del Alto Tribunal deja clara una cosa, la exhumación ni tenia dificultad ni suponía un peligro para la vida de nadie. La sentencia y la exhumación no han sido otra cosa que un motivo de alegría de todas aquellas personas que han sufrido, directamente o a través sus familiares, la horrible crudeza del franquismo.
Lo que estamos viviendo, sin duda, se trata de justicia histórica. Aunque ha tardado más de 40 años en hacerse justicia, España dejará de ser el esperpento de un país democrático que seguía enalteciendo a un dictador en un monumento público.
Se trata de un primer paso para la reparación de la memoria que tanto venimos reclamando desde UGT y, sobre todo, de la reparación moral para todas las víctimas del franquismo y sus familiares. Ahora es tiempo de reconvertir el monumento en recuerdo a los horrores de la Guerra Civil, y hacer justicia con todas las personas enterradas allí sin permiso de sus familias. Y es momento de que las familias puedan decidir dónde quieren que descansen los restos de sus familiares que ahora están enterrados y enterradas sin su permiso en el Valle de los Caídos. Además, es momento de asegurar que se va a llevar a cabo el cumplimiento de la ley de memoria histórica.
Como hemos dejado claro en multitud de ocasiones, las reivindicaciones de UGT no terminan en esta exhumación. Desde el sindicato vamos a seguir luchando y trabajando para la restauración completa de la memoria histórica, la recuperación absoluta de todos los cuerpos de aquellas personas asesinadas durante la Guerra Civil y el franquismo, por el simple hecho de ser de izquierdas, y, sobre todo, por dar a todas las familias la potestad de decidir qué hacer con los cuerpos de sus familiares. Es de justicia devolver a las familias el poder de decisión sobre sus seres queridos humillados y humilladas y asesinados y asesinadas.
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