NOCIONES ECONOMÍA CIRCULAR Y ACCIÓN SINDICAL

2. ¿QUÉ ES LA ECONOMÍA CIRCULAR? 

El modelo económico actual es un modelo lineal, basado en “tomar-fabricar-consumir-eliminar”. Este modelo es agresivo con el medio y agotará las fuentes de suministro, tanto materiales como energéticas. En 2011, cada persona en la UE consumía 16 toneladas de materiales anualmente, de las cuales seis toneladas se desperdiciaron y la mitad se destinó a vertederos. 

En promedio, los europeos consumen recursos al doble de velocidad que el planeta puede renovarlos (Moving towards a circular economy with EMAS Best practices to implement circular economy strategies European Commission 2017). Al mismo tiempo, los recursos son cada vez más escasos y más caros, y su extracción y consumo tienen importantes impactos ambientales. 

Se hace por tanto necesario iniciar una senda de transición para pasar de la economía lineal a la Economía Circular. La Economía Circular es aquella en la que se maximizan los recursos disponibles, tanto materiales como energéticos, para que estos permanezcan el mayor tiempo posible en el ciclo productivo. Aspira a reducir todo lo posible la generación de residuos y a aprovechar al máximo aquellos cuya generación no se haya podido evitar. Así se extraen materias primas, se fabrican productos y de los residuos generados se recuperan materiales y sustancias que posteriormente se reincorporan al proceso productivo, de forma segura para la salud y el medio ambiente.



Se basa en los siguientes principios: 
  • 1. La basura es alimento: Todos los productos deben poder ser desmontados/degradados y sus componentes/materiales reincorporados a ciclos naturales o industriales con el mínimo consumo de energía. Esto supone utilizar flujos de residuos como una fuente de recursos secundarios y recuperar los residuos para su reutilización y reciclaje. 
  • 2. Diseño para el futuro: Productos y servicios se pueden concebir y diseñar pensando en cómo darles una segunda vida, para reducir drásticamente el consumo de materiales y energía.
  • 3. Incorporar la tecnología digital: Controlar y optimizar el uso de recursos y fortalecer las conexiones entre los actores de la cadena de suministro a través de las plataformas digitales, en línea y otras tecnologías. 
  • 4. La diversidad es una fortaleza: Los sistemas naturales y antrópicos son más resistentes y resilientes cuanto mayor es su diversidad de componentes y de interacciones entre los mismos. Los productos, aun manteniendo su eficiencia, tendrán que ser más simples, modulares y versátiles. La resiliencia de los productos propone reducir la obsolescencia e incrementar drásticamente la funcionalidad y el uso. 
  • 5. Energía procedente de fuentes renovables: Toda la energía utilizada en procesos naturales e industriales debe proceder de fuentes renovables. 
  • 6. Pensamiento sistémico: En el diseño de cualquier sistema, deben identificarse y evaluarse todas las relaciones lineales y no lineales entre sus componentes internos y los elementos externos. 
  • 7. Modelo de propiedad: El uso de productos y servicios no requiere adquirir la propiedad de los mismos. 
  • 8. Replantear el modelo de negocio: Considerar las oportunidades que ofrece la Economía Circular para crear mayor valor y desarrollar los modelos de negocio en estos principios interaccionando los productos y servicios. 
  • 9. Servicios mejor que productos: El servicio prestado por un objeto debe prevalecer sobre la propiedad del mismo. Transformación de fabricantes desde vendedores a prestadores de servicios. Fomentar el mantenimiento, la reparación y la actualización de los productos para maximizar su vida útil y darles una segunda vida a través de estrategias de devolución, en su caso. 
  • 10. Priorizar los recursos regenerativos: Asegurar que los recursos sean renovables, reutilizables y no tóxicos, y se utilicen como materiales y energía de manera eficiente. 
  • 11. El Reciclaje es bueno, pero no suficiente: El reciclaje no evita el consumismo, ni los impactos asociados. Productos y servicios se pueden concebir y diseñar de manera que se reduzca radicalmente la creación de residuos a través de una mejor integración con los ciclos materiales biológicos y tecnológicos. Se debe pensar en cómo dar una segunda vida al objeto a partir del diseño, con nuevos valores añadidos, para reducir drásticamente ulteriores insumos de materiales y energía. 
  • 12. Los precios deben reflejar el coste real: Precios reales deben dirigir el consumo de bienes y servicios hacia aquellos integrables en una Economía Circular. 
  • 13. Enfoque en el rendimiento. El rendimiento tiene que ser sinérgico y basado en la creación de beneficios múltiples, incluyendo la creación de valores añadidos, de puestos de trabajo y la reducción del consumo de recursos. Eso supondría la reducción de los impactos negativos a partir de sistemas naturales y socioeconómicos. 
  • 14. Pensamiento local. Las organizaciones y las comunidades están influenciadas por su contexto y, por eso, tienen una relación dinámica de proximidad.
Aprovechar al máximo los recursos y, al mismo tiempo, que se pueda favorecer y fortalecer la capacidad creativa e innovadora local. El modelo de Economía Circular de la Fundación Ellen MacArthur describe la fusión de un nuevo modelo económico basado en la integración del ciclo de vida natural (biológico), donde los recursos son limitados y los materiales tienen un uso, que se reincorpora en los procesos productivos de forma circular (tecnológico).



Este modelo percibe los procesos seguros y productivos del “metabolismo biológico” de la naturaleza como modelo para desarrollar un flujo de “metabolismo técnico” de materiales industriales. Este marco también denominado Cradle to Cradle (de la cuna a la cuna) aborda además los usos y consumos de energía y agua. 

Por otra parte, y muy importante destacar como sindicato, la transición hacia una Economía Circular reduce costes impulsando la competitividad, por lo tanto, creará nuevos puestos de trabajo. 

Puestos de trabajo que deben ser estables y de calidad. No se propone solamente para responder a los desafíos globales como el cambio climático, la sostenibilidad y la preservación de la biodiversidad, sino que representa una oportunidad para fortalecer el bienestar y la prosperidad, manteniendo la creación de valor y de puestos de trabajo, fortaleciendo el potencial innovador ecosistémico, desacoplando desarrollo y bienestar del consumo creciente de recurso naturales y de la producción de impactos negativos para el medioambiente.





3. ECONOMÍA CIRCULAR Y ECONOMÍA BAJA EN CARBONO: UNA ACCIÓN CONJUNTA 

Un mundo con un aumento de la temperatura media global de 1,5°C sólo puede ser circular. Las políticas de desarrollo de la Economía Circular y las políticas de cambio climático no solo son compatibles, sino que se benefician mutuamente. 

El potencial de mitigación de las emisiones de Gases de efecto invernadero (GEI) del reciclaje, del desarrollo de modelos de negocio circulares y la eficiencia en el uso de los recursos es enorme y podrían complementar eficazmente las estrategias de cambio climático actualmente existentes. 

La Economía Circular también podría contribuir a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero ya que no solo supone minimizar la generación de residuos, sino que también minimiza la demanda de materiales y energía. 

Necesitamos de ambas estrategias para mantener el mundo a 1,5°C. Extender la vida útil de un ordenador portátil, por ejemplo, podría ahorrar emisiones de carbono. Además de recuperar material electrónico para su reutilización, ayuda a cerrar la brecha digital al brindarles a los estudiantes y familias de bajos recursos la oportunidad de obtener ordenadores a bajo precio (Departamento de Comercio y Oportunidad Comercial de Illinois (EE.UU.),2001). 

Cada incremento de un 10% en el uso de vidrio reciclado supone un ahorro de energía del 2-3% en la industria del vidrio plano (Glass for Europe, 2016). La implementación de medidas de Economía Circulares en sectores clave como la industria del acero, plástico, aluminio y cemento podrían reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 56% (Circular by design Products in the circular economy. European Environment Agency, 2017). 

A su vez, los incentivos para una economía baja en carbono, como las políticas de eficiencia energética e implantación de energía renovable, pueden desencadenar o reforzar soluciones de Economía Circular. Por ello las estrategias de UE y de España sobre la economía baja en carbono, actualmente, se alinean de forma que la eficiencia de los recursos y el reciclaje de residuos, contribuyan al cumplimiento de los objetivos de París, dado que el 65% de las emisiones de gases de efecto invernadero surgen del uso de materiales (producción, transporte y eliminación) y por tanto, un cambio de una economía lineal a una Economía Circular puede contribuir significativamente al objetivo general de reducción de emisiones del 85-90% (Circular by design Products in the circular economy. European Environment Agency, 2017).

4. LA ECONOMÍA CIRCULAR COMO FUENTE DE EMPLEO 

El crecimiento de la Economía Circular implicará el uso de más mano de obra y menos recursos para aumentar la eficiencia en la actividad económica. Por ello se espera que tenga el potencial de proporcionar empleos decentes y de calidad. 

Los intentos realizados por definir y medir empleos “circulares” han identificado un pequeño número de sectores principalmente ligados a los residuos que, aunque no identifican el total de las oportunidades laborales que brinda la Economía Circular, arroja importantes conclusiones sobre impacto del desarrollo de la Economía Circular sobre el empleo. 

Considerando un enfoque amplio que incluya tanto los sectores directamente contemplados en las estrategias básicas de Economía Circular, como sectores indirectos, la Economía Circular alcanza más de 140 sectores económicos. 

Lo que demuestra su gran potencial hacia la generación de empleo. Actualmente, según el estudio “Economic growth potential of more circular economies”, publicado en septiembre de 2015 por WRAP, sobre la generación de empleo en actividades de Economía Circular en los sectores de reparación, residuos y reciclado, alquiler y leasing, con horizonte 2030, se podrían crear tres millones de empleos extras, y reducir el desempleo en 520.000 personas en toda la UE. 

Atendiendo a este estudio en la Tabla 1 se muestra la generación de puestos de trabajo a 2030 según diferentes escenarios de implantación de políticas de Economía Circular en España. En el caso de España, una apuesta decidida por la expansión de la Economía Circular podría crear hasta 160.000 puestos de trabajo, según el estudio, mientras que, si solo se opta por seguir el ritmo actual de desarrollo, apenas se superaría la mitad (81.000 empleos).

Pero no debemos dejar de apuntar que también, en todos los estudios referidos en párrafos anteriores, se identifican los posibles efectos negativos que sobre el empleo puede generar la transición hacia una Economía Circular. Y aunque el balance neto sea positivo, la creación de empleo directo en los sectores de reciclaje y tratamiento de residuos, podrían ser superados por las pérdidas de empleo que se pueden generar en sectores de producción de materias primas y en la fabricación de nuevos productos, por lo que será necesario incentivar las políticas de apoyo al mercado laboral y, por tanto, la acción sindical resulta esencial. 

En cualquier caso, aun existiendo este riesgo, se estima que una economía más circular tendrá un balance global positivo en las cifras de empleo debido a los nuevos puestos de trabajo creados en actividades que comparativamente son intensivos en trabajo, como por ejemplo los servicios de reparación y actualización

La calidad de los puestos de trabajo generados en torno a la Economía Circular, ha de ser otra fuente de acción sindical. Garantizar la salud y seguridad en el trabajo, debe ser un objetivo integrado en las medidas de desarrollo de la Economía Circular. El cambio de modelo hacia una Economía Circular no debe mantener la actual senda de precariedad del empleo que supone la proliferación de contratos temporales y “falsos autónomos” o el desarrollo de la “falsa economía colaborativa”. 

Finalmente, en cuanto a la necesidad de habilidades en los diversos sectores y ocupaciones, los impactos adicionales de la adopción de la Economía Circular son relativamente pequeños en comparación con otros impulsores del cambio, como el impacto del cambio tecnológico en los empleos. 

La adopción de actividades de Economía Circular no tiene en sí un gran efecto transformador en los mercados laborales con respecto a las necesidades de habilidades, incluso bajo el escenario más ambicioso descrito. La tendencia general es hacia una mayor demanda de competencias transversales, como la resolución de problemas y las comunicaciones.

5. PLAN DE MEDIDAS DE LA UE EN ECONOMÍA CIRCULAR 

Como hemos visto en el apartado anterior, la transición hacia una Economía Circular en la UE puede crear un número sustancial de puestos de trabajo, favorecer el crecimiento económico y el bienestar a todos los niveles, haciendo hincapié a escala local y, al mismo tiempo, fortalecer la cohesión social y la integración. 

Pero también el nuevo modelo de producción y consumo circular limitará y/o evitará los daños irreversibles en el clima y la biodiversidad, reduciendo las emisiones de gases invernadero a la atmósfera. Por tanto, la Economía Circular es parte nuclear de la actual política económica de la Comisión Europea. 

En diciembre de 2015, la Comisión Europea presentó en el Parlamento Europeo el Plan de Acción de la Unión Europea para la Economía Circular, denominado “Paquete de Economía Circular de la UE” compuesto por 54 medidas. El plan es una apuesta concreta y ambiciosa a los desafíos de la Economía Circular, el cambio climático y la Agenda 2030.

El plan de acción contempla acciones y medidas sobre: ‹ Diseño ecológico: promoviendo la reparabilidad, la posibilidad de actualización, la durabilidad y la reciclabilidad de los productos mediante el establecimiento de requisitos aplicables a los productos que sean pertinentes para la Economía Circular. También establece disposiciones sobre la responsabilidad ampliada del productor. 
  • Producción: incluye orientaciones sobre las mejores prácticas en materia de gestión de los residuos y de eficiencia en el uso de los recursos en sectores industriales. También pretende aclarar las normas sobre los subproductos al objeto de facilitar la simbiosis industrial y de contribuir a crear condiciones equitativas al respecto en toda la UE. 
  • Consumo: propone nuevas normas que favorecerán las actividades de reutilización y estudia opciones para luchar contra las declaraciones ecológicas falsas y la obsolescencia programada. De especial relevancia es la promoción de la contratación pública ecológica. 
  • Residuos: aspecto central del plan de Economía Circular de la UE. La Comisión va a adoptar diversas propuestas legislativas revisadas sobre los residuos. Además, presenta los objetivos de:
    • Reciclar el 65% de los residuos municipales para 2030; 
    • Reciclar el 75% de los residuos de envases para 2030; 
    • Reducir el vertido a vertedero a un máximo del 10% de los residuos municipales para 2030; 
    • Prohibición de vertido de residuos recolectados por separado; 
    • Promoción de instrumentos económicos para desalentar el vertido de residuos; 
    • Promover la reutilización y estimular la simbiosis industrial, convirtiendo el subproducto de una industria en materia prima de otra industria; 
    • Desarrollo de incentivos económicos para que los productores pongan productos más ecológicos en el mercado y apoyen los esquemas de recuperación y reciclaje. 
  • Otras acciones: 
    • Elaboración de normas de calidad aplicables a las materias primas secundarias y mejoras de las normas sobre “final del vertido”. 
    • Revisión del Reglamento de la UE sobre fertilizantes, a fin de facilitar el reconocimiento de los abonos orgánicos y a base de residuos en el mercado único y, de esta forma, apoyar el papel de los bionutrientes en la Economía Circular. 
    • Adopción de medidas para facilitar la reutilización del agua.
    • Reducción de la presencia de las sustancias y productos químicos peligrosos en los productos. 

Por último, la UE ha desarrollado objetivos específicos en los siguientes sectores debido a las características específicas de sus productos o cadenas de valor, a su huella medioambiental o a la dependencia de materiales procedentes de fuera de Europa: 
  • Plásticos: Se adoptado una estrategia sobre los plásticos abordando cuestiones como la reciclabilidad, la biodegradabilidad, la presencia de sustancias peligrosas y la basura marina.
  • Residuos alimentarios: Está tomando medidas a fin de aclarar la legislación de la UE relativa a los residuos, los alimentos y los piensos, y como facilitar la donación de alimentos y la reutilización de antiguos alimentos y subproductos de la cadena alimentaria en la producción de piensos sin comprometer la seguridad de los alimentos y los piensos. 
  • Materias primas críticas: Acciones dirigidas a aumentar la recuperación de las materias primas críticas. Se considera uno de los principales retos que deben abordarse en la transición hacia una economía más circular. 
  • Construcción y demolición: la Comisión va a adoptar una serie de medidas para garantizar la recuperación de recursos valiosos y la gestión adecuada de los residuos en el sector de la construcción y la demolición.
  • Bioeconomía: Es considerada un área prioritaria ya que la biomasa y los bioproductos, brindan alternativas a los productos y la energía derivados de combustibles fósiles. Los biomateriales ofrecen la ventaja de que pueden renovarse, son biodegradables y sirven para el compost, pero exige que se preste atención a sus efectos ambientales a lo largo de su ciclo de vida y a la sostenibilidad de su obtención. 

Las acciones descritas en el plan de acción de la UE hacia una Economía Circular desde 2015, están calando en funcionamiento de los sistemas productivos y en el comportamiento de los ciudadanos. Se estima que su aplicación podría, en 2030, aportar a Europa beneficios económicos de 1,8 billones de euros, un incremento del 8% del volumen de negocio anual de las empresas de la Unión Europea, un ahorro neto anual de 600.000 millones de euros, un incremento del PIB europeo en un 1%, reducir las emisiones de carbono en 450 millones de toneladas y un empuje a la innovación y desarrollo de nuevas tecnologías (Growwithin: a circular economy vision for a competitive Europe, Ellen MacArthurFoundation, 2015). 

La transición hacia una Economía Circular (que abarca todo el ciclo de vida de los productos, de la producción y el consumo a la gestión de residuos y el mercado de materias primas secundarias), recibirá ayuda financiera de los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos
(Fondos EIE), con 5.500 millones de euros para la gestión de residuos. 

Además, contará con 650 millones de euros procedentes de Horizonte 2020 (el programa de financiación de la investigación e innovación de la UE) y de inversiones en la Economía Circular a nivel nacional (sobre la aplicación del Plan de acción para la Economía Circular, Comisión Europea, 2019). 

En los tres primeros años de vida del Plan se materializaron grandes avances, pero aún queda mucho camino por recorrer. En enero de 2018 se adoptó un nuevo conjunto de medidas, que incluyen (https://ec.europa.eu/environment/circular-economy/index_en.htm): 
  • Una estrategia europea de la UE para plásticos en la Economía Circular con el objetivo de que en 2030 todos los envases de plástico deberían ser reciclables. 
  • Un marco de seguimiento del progreso hacia una Economía Circular a escala nacional y de la UE. Está compuesto por un conjunto de diez indicadores clave que cubren: producción, consumo, gestión de residuos y materias primas secundarias, así como aspectos económicos, inversiones y empleos, e innovación. 
  • Un informe sobre las 27 materias primas críticas para la UE. Recientemente, en julio de 2019, los mayores bancos e instituciones nacionales de fomento de la UE y el Banco Europeo de Inversiones han lanzado una Iniciativa Conjunta para la Economía Circular (ICEC) por valor de 10.000 millones de euros para acelerar la transición hacia una economía sostenible y circular (https://www.ico.es/web/ ico/notas-de-prensa/-/blogs/10-000-millones-de-eur-para-apoyar-la-economia-circular-en-la-ue?post_id=noID).
Esta iniciativa conjunta destinará préstamos, inversiones de capital o garantías a proyectos admisibles y desarrollará estructuras de financiación innovadoras para infraestructuras públicas y privadas, municipios y empresas privadas de diferente tamaño, poniendo el foco de atención en todas las etapas de la cadena de valor y en el ciclo de vida de los productos y servicios: 
  • Diseño y producción circular: aplicar estrategias de «reducción y reciclaje» para eliminar residuos en origen a partir de su diseño y antes de su comercialización. 
  • Uso circular y prolongación de la vida útil: permitir la reutilización, reparación, reconversión, reacondicionamiento o refabricación de productos en la fase de uso. 
  • Recuperación de valor circular: recuperar materiales y otros recursos a partir de residuos, a través de la recuperación del calor residual y/o la reutilización de aguas residuales tratadas 
  • Apoyo circular: facilitar estrategias circulares en todas las fases del ciclo de vida, por ejemplo, con el despliegue de tecnologías TIC clave, digitalización y servicios de apoyo a modelos de negocio y cadenas de valor circulares.

6. EL MARCO DE POLÍTICAS DE LA ECONOMÍA CIRCULAR EN ESPAÑA 

Las acciones políticas sobre Economía Circular a nivel nacional, regional y local también son muy destacables en los últimos años. En el caso de España, cabe destacar la propuesta Estrategia de Economía Circular 2030. 

En el proceso de elaboración de la estrategia, se ha sometido a información pública y de expertos, habiéndose recibido más de 2.000 aportaciones que tras ser analizadas, han configurado el borrador final de la estrategia que el Ministerio de Transición Ecológica espera poder consolidarlo como la Estrategia Española de Economía Circular 2030 y aprobarlo en el presente año 2019. 

También destaca la publicación por el Ministerio, el 18 de septiembre de 2017, del “Pacto por una Economía Circular”. En 2019, el pacto ha sido firmado por 344 instituciones, entre las que se encuentra UGT. Los firmantes se comprometen a impulsar la transición hacia una Economía Circular mediante las siguientes acciones: 
  • 1. Avanzar en la reducción del uso de recursos naturales no renovables, reutilizando en el ciclo de producción los materiales contenidos en los residuos como materias primas secundarias siempre y cuando quede garantizada la salud de las personas y la protección del medio ambiente. 
  • 2. Impulsar el análisis del ciclo de vida de los productos y la incorporación de criterios de ecodiseño, reduciendo la introducción de sustancias nocivas en su fabricación, facilitando la reparabilidad de los bienes producidos, prolongando su vida útil y posibilitando su valorización al final de ésta. 
  • 3. Favorecer la aplicación efectiva del principio de jerarquía de los residuos, promoviendo la prevención de su generación, fomentando la reutilización, fortaleciendo el reciclado y favoreciendo su trazabilidad. 
  • 4. Promover pautas que incrementen la innovación y la eficiencia global de los procesos productivos, mediante la adopción de medidas como la implantación de sistemas de gestión ambiental. 
  • 5. Promover formas innovadoras de consumo sostenible, que incluyan productos y servicios sostenibles, así como el uso de infraestructuras y servicios digitales. 
  • 6. Promover un modelo de consumo responsable, basado en la transparencia de la información sobre las características de los bienes y servicios, su duración y eficiencia energética, mediante el empleo de medidas como el uso de la ecoetiqueta. 
  • 7. Facilitar y promover la creación de los cauces adecuados para facilitar el intercambio de información y la coordinación con las administraciones, la comunidad científica y tecnológica y los agentes económicos y sociales, de manera que se creen sinergias que favorezcan la transición. 
  • 8. Difundir la importancia de avanzar desde la economía lineal hacia una Economía Circular, fomentando la transparencia de los procesos, la concienciación y sensibilización de la ciudadanía. 
  • 9. Fomentar el uso de indicadores comunes, transparentes y accesibles que permitan conocer el grado de implantación de la Economía Circular. 
  • 10. Promover la incorporación de indicadores del impacto social y ambiental derivados del funcionamiento de las empresas, para poder evaluar más allá de los beneficios económicos que se generen en las mismas, como consecuencia de su compromiso con la Economía Circular. 

A nivel autonómico, encontramos la “Estratègia d’impuls a l’economia verda i a l’Economia Circular” de Cataluña, la Estrategia Vasca de Economía Circular, la Estrategia Andaluza de Desarrollo Sostenible 2030 que incluye el desarrollo de una Economía Circular, la Estrategia Desarrollo Inteligente de Navarra y la Estrategia de Economía Verde y Circular Extremadura 2030. Junto a estas, se encuentran en desarrollo las Estrategias de Economía Circular de las islas Canarias, Galicia, Región de Murcia, y Castilla y León.

Merece especial mención el anteproyecto de Ley de Economía Circular de Castilla-La Mancha, que se prevé aprobar en 2019. Cuando finalmente se apruebe, será la primera CCAA que legisla la Economía Circular de España. 

Aunque no se trata de una iniciativa puramente pública, pero dado que se trata de un centro de investigación que va a ayudar al desarrollo de la Economía Circular de forma significativa en España, destacar el CircularLAB de Ecoembes, creado con el objetivo de poner en marcha las medidas necesarias para alcanzar un modelo de sociedad en la que el reciclaje y la sostenibilidad estén integradas de manera real en nuestro día a día. 

Por su parte, en el ámbito local es destacable la iniciativa basada en la “Declaración de Sevilla: El compromiso de las ciudades por la Economía Circular”, suscrita inicialmente por más de un centenar de autoridades locales de España, que ha desembocado en el establecimiento de una Estrategia Local de economía Circular impulsada por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). 

Pero más allá de las iniciativas estratégicas y normativas, debemos destacar la cantidad de proyectos europeos que se están desarrollando por parte de las CCAA sobre Economía Circular. Proyectos como CLAMBER que tiene como objetivo sentar las bases para convertir a CastillaLa Mancha en el referente del sur de Europa dentro de la investigación relacionada con el aprovechamiento de la biomasa. 

También se puede destacar el proyecto Interreg Europe “Regiones europeas hacia la Economía Circular” (CircE) que tiene como objetivo detectar las oportunidades y las barreras para implantar medidas de Economía Circular en diferentes sectores económicos, para después identificar instrumentos y políticas para superar las barreras identificadas y facilitar así la transición hacia la Economía Circular. Estrategia Española de EC 2030 y su primer plan de acción 2018/2020 

El actual borrador de la Estrategia Española de Economía Circular promueve la internalización de los principios de sostenibilidad y la adopción de una Economía Circular en la actividad productiva y en el consumo, tanto en el sector público como privado. La Estrategia Española plantea como objetivo estratégico para el año 2030, reducir en un 30% la productividad de los materiales respecto al año 2015. Asimismo, establecen los siguientes doce objetivos generales:

OBJETIVOS GENERALES DE LA ESTRATEGIA ESPAÑOLA DE ECONOMÍA CIRCULAR 2030 
  • 1. Proteger el medio ambiente terrestre y marino y su biodiversidad y garantizar la salud de las personas reduciendo el uso de recursos naturales no renovables y reincorporando los residuos como materias primas secundarias. 
  • 2. Sentar las bases para que el valor de los productos, materiales y recursos se mantenga en la economía el mayor tiempo posible, impulsar el análisis del ciclo de vida de los productos e incorporar criterios de ecodiseño. 
  • 3. Favorecer la aplicación efectiva del principio de jerarquía de los residuos. 
  • 4. Promover pautas que incrementen la innovación y la eficiencia global de los procesos productivos, mediante medidas como los sistemas de gestión ambiental. 
  • 5. Promover formas innovadoras de consumo sostenible, que incluyan productos y servicios sostenibles, así como el uso de infraestructuras y servicios digitales. 
  • 6. Promover un modelo de consumo responsable, basado en la transparencia, su duración y eficiencia energética, mediante el empleo de medidas como el uso de la ecoetiqueta. 
  • 7. Facilitar y promover el intercambio de información y la coordinación con las administraciones públicas, la comunidad científica y tecnológica y los agentes económicos y sociales.
  • 8. Difundir la importancia de avanzar hacia una Economía Circular, fomentando la concienciación y sensibilización de la ciudadanía. 
  • 9. Fomentar el uso de indicadores comunes, transparentes y accesibles que permitan conocer el grado de implantación de la Economía Circular. 
  • 10. Promover la incorporación de indicadores del impacto social y ambiental derivados del funcionamiento de las empresas, para poder evaluar más allá de los beneficios económicos. 
  • 11. Consolidar políticas de empleo que favorezcan la transición justa y solidaria hacia una Economía Circular, identificando nuevos yacimientos de empleo y facilitando la creación de capacidades para los mismos. 
  • 12. Promover la investigación y la innovación tanto en el ámbito público como en el sector empresarial, y especialmente en materia de colaboración público-privada. 

Aunque la Estrategia Española de Economía Circular está dotada de un carácter multidisciplinar, tiene previsto desarrollar un primer Plan de Acción sobre cinco sectores actividad que considera prioritarios para conseguir el cambio de modelo: sector de la construcción, agroalimentario, industria en su conjunto, bienes de consumo y turismo. 

A su vez, sobre estos 5 sectores presentan objetivos en 8 ejes de acción estratégica: producción y diseño, consumo, gestión de residuos, mercado de materias primas secundarias, reutilización de agua, investigación, innovación y competitividad, participación y sensibilización y empleo y formación. 

La estrategia está inspirada en la definida por la Comisión Europea, aunque cuenta con diferencias relativas a los ejes de actuación, ya que para el caso español se ha considerado la reutilización de agua como otro eje, debido a la importancia que tiene el agua en nuestro país. Además, cambian los sectores prioritarios en relación a Europa. España considera como sectores prioritarios los bienes de consumo, el sector industrial y el turismo.

El diálogo social es clave para la implementación en Europa en la Agenda 2030 de NNUU y más concretamente de los ODS: 8 (promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos), 12 (Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles) y 13 (Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos).

Avanzar hacia una Economía Circular y baja en carbono puede reforzar las demandas sindicales para fortalecer la negociación colectiva y apoyar la creación de marcos legales para negociaciones equilibradas, autónomas y libres. 

La negociación colectiva ha de desempeñar un papel relevante, en particular en los acuerdos de empresas transnacionales. Desde la perspectiva de los trabajadores, sabemos que el desarrollo de la Economía Circular remodelara profundamente el mercado de trabajo. Los sectores y regiones que dependan de industrias intensivas en carbono, pueden verse negativamente afectados por lo que la acción sindical será fundamental para anticiparse a los posibles impactos que la transición a un sistema productivo circular e hipocarbónico generen. 

La gobernanza climática y de la Economía Circular, así como la planificación de las correspondientes políticas, ofrecen una oportunidad para que los sindicatos aumenten su participación e influencia en el diseño del nuevo sistema productivo. 

Como ya hemos apuntado en anteriores apartados, la importancia de la participación sindical ha sido destacada por las asociaciones sindicales, tanto a nivel internacional como a nivel de la UE. Así vemos como en el Acuerdo de Paris se invita a las partes a “tener en cuenta los imperativos de una transición justa de la fuerza de trabajo”. 

Por otro lado, las directrices de la OIT para una transición justa hacia economías y sociedades ambientalmente sostenibles para todos recomiendan la consulta y la colaboración de los sindicatos en la elaboración y aplicación de políticas de bajas emisiones de carbono en todos los niveles y etapas posibles. 

A ello deberíamos sumarle todo lo anteriormente expresado en relación con las políticas de Economía Circular. Por tanto, el compromiso ambiental de los trabajadores y trabajadoras, sus representantes y de las organizaciones sindicales ha de expresarse como acción sindical en la empresa. Esto implica principalmente a todo lo relativo a la negociación colectiva. Pero como veremos más adelante en el manual, no solo se circunscribe la elaboración de convenios colectivos. Existen otros espacios de actuación.

En definitiva, UGT apoya la transformación hacia un sistema productivo circular, a sabiendas de que es la única forma posible de desarrollo del sistema productivo. Pero también es consciente de que transformará el mercado de trabajo y que, por tanto, la acción sindical es esencial para garantizar que se produce una transición justa para los trabajadores y trabajadoras. 

Para ello propone el desarrollo de una serie de políticas y medidas que garanticen que el cambio de modelo productivo, generando una economía más sostenible ambientalmente, con mayor cohesión y justicia social. Esta propuesta se puede resumir en:
  • A nivel general, la acción sindical deberá ir dirigida a participar activamente en el desarrollo de nuevos sectores estratégicos emergentes, vigilar las nuevas inversiones para la reconversión de sectores y la creación de nuevas competencias y crear espacios de diálogo social para garantizar la justicia social y que nadie quede atrás en esta transición. 
  • Desarrollo de programas educativos y de formación para capacitar a las personas ante nuevas oportunidades de empleo, incidiendo principalmente en jóvenes y mujeres. 
  • Incluir el diálogo social a todos los niveles y hacer que todas las personas trabajadoras se involucren en el cambio del modelo productivo, garantizando en la negociación colectiva la implementación de los principios de Economía Circular y desarrollo sostenible. 
  • Establecer contenidos de protección social para garantizar un trabajo ambientalmente sostenible, decente y seguro. 
  • Establecer canales de comunicación y participación efectiva de las personas trabajadoras a las empresas. Para alcanzar el éxito, es fundamental la implicación de las personas trabajadoras y para que estos tengan una participación realmente efectiva en la empresa necesitan estar informados. 
  • Y también: 
    • Sensibilizar e informar a la ciudadanía sobre Economía Circular y los procesos de cambio. 
    • Contribuir al desarrollo de planes de acción territoriales y locales. 
    • Contribuir al desarrollo de planes de acción en las empresas a corto, medio y largo plazo. 
    • Apoyar las iniciativas que supongan la eliminación progresiva de las subvenciones que sean perjudiciales para el medio ambiente y contradictorias con el concepto de Economía Circular 
    • Apoyar el desarrollo de políticas de precios coherentes con la Economía Circular.


¿Cómo integrar el modelo circular en la estrategia empresarial? 

Siendo conscientes de que no existe una solución única, sino que la integración dependerá del modelo de negocio, del sector, de las características de la cadena de valor, de los recursos disponibles y de la ubicación, a continuación, definimos una hoja de ruta común en donde los trabajadores y trabajadoras y sus representantes han de tener un papel destacado.
  • 1. Identificar los riesgos asociados a una economía lineal y las fortalezas y oportunidades de la Economía Circular para tu sector y organización. La participación del trabajador en la identificación de riesgos empresariales es esencial. 
    • Para ello deberá estar formado e informado de lo que significa la Economía Circular. Los representantes de los trabajadores podrán proponer a la empresa el desarrollo de talleres formativos-informativos sobre Economía Circular para los empleados, en donde se analicen las implicaciones del nuevo modelo productivo para los diferentes puestos de trabajo. 
    • Con ello, además de la identificación de los riesgos y oportunidades, se podrán identificar las nuevas necesidades formativas y de PRL. En esta fase se difundirá la conciencia circular en toda la organización y todas sus partes sentirán el compromiso para avanzar hacia un modelo de Economía Circular. 
  • 2. Adquisición del compromiso. Como todo sistema de gestión empresarial eficiente es fundamental la plasmación y visualización del compromiso desde el máximo nivel de la organización, pero con la complicidad de todas las partes de la empresa. En este sentido, los trabajadores y trabajadoras y sus representantes deberán de asegurarse que este compromiso recoge de forma clara los compromisos de mejora continua, de capacitación y formación del trabajador y asegura la participación y consulta de los trabajadores y trabajadoras en la gestión y el diseño de los objetivos y en el plan de acción de circularidad empresarial, en la medida de sus competencias. 
  • 3. Elaboración de un plan de acción circular. Existen muy distintos planteamientos para el desarrollo de un plan de acción de Economía Circular. Algunos basados en la innovación, otros en el desarrollo de nuevos modelos de negocio, pero todos ellos deberían contener los siguientes principios: 
    • El ecodiseño como herramienta esencial de procesos y productos. La Economía Circular ha de empezar por el diseño de los productos y servicios. Es en la fase de diseño es donde mejor se puede acometer la implantación de los nuevos conceptos, maximizando el valor de los productos y alargando su vida útil, promocionando el mantenimiento, la reparabilidad y su actualización para brindarles una segunda vida. En este caso, el papel de los trabajadores y trabajadoras será similar al descrito en la identificación de riesgos, ya que con el ecodiseño se identificarán y modificarán los diferentes aspectos e impactos ambientales en la creación de un producto o dotación de un servicio, para en función de ellos redefinir procedimientos ambientalmente sostenibles y circulares. 
    • Los residuos son recursos. Las organizaciones deberán implementar sistemas de reutilización y reciclaje que permitan darle una nueva vida a los residuos. Este cambio podría incluir la creación de nuevos puestos de trabajo ligados al desarrollo de servicios de reparación, mantenimiento, reutilización, redistribución, refabricación. Por tanto, el papel de los representantes de los trabajadores en esta fase es esencial para garantizar que estos nuevos puestos de trabajo son dignos y de calidad. Pero también para asegurar un uso correcto de las medidas de recogida selectiva y reciclaje implantadas. 
    • Actuar sobre la cadena de suministro. Para que la gestión sea totalmente circular, no solo mis procesos han de ser circulares, sino que también lo han de ser los de mis proveedores. Por ello, se deberán desarrollar procedimientos que prioricen proveedores que contribuyan a la “circularidad”. En este sentido, la mejor forma es la apuesta por la implantación de un sistema de compra circular en la empresa. La participación de los trabajadores y trabajadoras debe velar por que se produzca un cambio a materias primas más respetuosas con el medio ambiente y a la vez más seguras para los trabajadores y trabajadoras, así como vigilar que los procesos de compra de las empresas no solo respondan a un criterio económico, sino que incluya también criterios sociales y ambientales. De forma que cambiemos el criterio “precio” por el de “coste” sumando los costes ambientales y sociales al precio del mercado. 
    • La tecnología como aliado. Más allá de la incorporación de las mejores tecnologías limpias disponibles en los procesos, optimizando el uso de los recursos y el aprovechamiento de los residuos, la tecnología servirá para mejorar la gestión de la cadena de suministro. Las tecnologías digitales permiten hacer un seguimiento del flujo de materiales, mejorando la trazabilidad, transparencia y rendición de cuentas en el movimiento de los recursos. También nos permitirá desarrollar prácticas sostenibles como el teletrabajo. En este sentido, los representantes de los trabajadores deberán velar por que se cumpla el derecho a la desconexión, limitando el uso de las tecnologías de la comunicación para garantizar el tiempo de descanso y vacaciones de los trabajadores y trabajadoras. También se deberá facilitar la implantación de biotecnología que contribuya a que los procesos industriales sean lo más próximo posible a los procesos naturales.
  • 4. Implantación del Plan. Para una correcta implantación del plan de acción, la organización no solo necesita el apoyo e involucración de todos los departamentos (producción, marketing, innovación, responsabilidad social corporativa, financiero y compras, etc.), sino que también necesita incentivar la participación de los trabajadores y garantizar el diálogo social a todos los niveles. 
    • En este sentido, los representantes de los trabajadores actuarán incluyendo, en medida de lo posible, clausulas ambientales y de circularidad en los convenios, promoviendo la creación la figura de Delegado/a de Medio Ambiente y del Comité de Medio Ambiente u otro órgano específico de participación, de carácter paritario, para la consulta regular y periódica de las actuaciones de la empresa en materia de medio ambiente y Economía Circular. 
  • 5. Medición del progreso y seguimiento de las acciones vinculadas con la transición hacia un modelo de Economía Circular. La medición y seguimiento resultan clave para asegurar eficacia del plan, pero también para mostrar al resto de la sociedad el compromiso de la empresa y mejorar su imagen. 
    • En esta fase, la acción de los trabajadores y trabajadoras se centrará, por un lado, en dotar de la información requerida para el cálculo de los indicadores y, por otro, en velar por la veracidad de información publicada por la empresa en cuanto a la consecución de los objetivos y metas adquiridos. 
  • 6. Comunicación y formación. Más allá de la comunicación externa, sobre la que como dijimos antes, los representantes de los trabajadores deben velar porque sea veraz, no debemos olvidar el papel de fundamental que juega la comunicación interna y la formación a la hora de involucrar a las personas que componen la organización. 
    • Por ello, los representantes deberán trabajar para que la empresa ponga a su disposición la documentación relacionada el comportamiento de circularidad de la empresa y garantice la formación de los trabajadores y trabajadoras en materia de Economía Circular, tanto en aspectos genéricos de sensibilización como en temas de carácter técnico y normativo. 
    • En definitiva, establecer canales de comunicación y participación efectiva de los trabajadores y trabajadoras a las empresas para garantizar el éxito
Las empresas que tienen implantado EMAS/ISO 14001 pueden contribuir a desarrollar la Economía Circular:
  • Reduciendo la cantidad de materiales necesarios para prestar un servicio particular o fabricar un producto. 
  • Aumentando de la vida útil de los productos y servicios. 
  • Reduciendo el uso de energía y materiales en las fases de producción y uso. 
  • Reduciendo del uso de materiales peligrosos o difíciles de reciclar. 
  • Creando mercados para materias primas secundarias. 
  • Diseñando productos fáciles de mantener, reparar, actualizar o reciclar. 
  • Desarrollando servicios necesarios de mantenimiento/ reparación. 
  • Incentivando la reducción de residuos y la separación tanto en las propias instalaciones como entre los clientes y consumidores. 
  • Incentivando los sistemas de recogida selectiva. 
  • Fomentando la elección la tecnología más amplia y eficiente. 
  • Fomentando el alquiler, préstamo o intercambio de servicios como una alternativa a la compra de productos, al tiempo que se protegen los intereses de los clientes.



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