JORNADA MAESTRAS REPÚBLICA EL CASAR 25 OCTUBRE




PRESENTACION DE “LAS MAESTRAS DE LA REPUBLICA”

Las maestras republicanas simbolizan el proyecto de transformación social y cultural de la Segunda República. Con la Constitución de 1931, las mujeres obtuvieron la ciudadanía civil y política, gozando del derecho al voto y a participar del ámbito público. Este nuevo régimen, que se iniciaba en la primavera de 1931, supuso un enorme avance en materia de derechos para las mujeres, que aumentaron su participación en todos los espacios públicos y privados.

Las Maestras Republicanas fueron unas mujeres valientes y comprometidas que participaron en la conquista de los derechos de las mujeres y en la modernización de la educación, basada en los principios de la escuela pública y democrática.

Este documental a través de la recreación de una maestra de la época, e imágenes de archivo inéditas, nos descubre el maravilloso legado que nos han dejado las maestras republicanas y que ha llegado hasta nuestros días.

Articulado en base a testimonios de investigadores y familiares, vamos a conocer el momento histórico que vivieron estas docentes y su participación en la transformación social de nuestro país a través de la educación.

Se trataba de unas mujeres de esa pasta de la que sólo pueden estar hechas la heroínas. Las protagonistas perfectas para narrar una historia con alma.

Uno de los objetivos de la República era garantizar el derecho social a la educación. Había que crear escuelas que liberaran al país del peso de la ignorancia y de la pobreza que lo lastraban, así como para formarles en valores cívicos, fundamentales para la participación social.

Su modelo consistía en llevar a cabo una enseñanza única, basada en el principio de igualdad. Una escuela pública, obligatoria y gratuita capaz de garantizar la desaparición de diferencias entre el alumnado.

La República se encontró una escuela de mala calidad, en pisos de vecindad, incluso en cuadras, en los pueblos, con un elevado absentismo escolar por la necesidad de mano de obra para tareas agrícolas o manufacturación de productos, por lo que los niños se incorporaban tempranamente a estas tareas.  A las maestras se las mandaba a destinos lejanos donde no llegaban los vehículos y tenían que acceder a lomos de mulas, siendo recibidas con dureza, demostrando una convicción en sus ideas, que hoy todavía nos sigue emocionando.

Una de las primeras acciones de la República fue la creación de 7.000 plazas de Maestros para que la educación llegara a todos los rincones del país, reforzando las oportunidades de la escuela rural, aprovechando momentos como las clases nocturnas o espacios como bibliotecas; mejorar la escuela rural era mejorar el pueblo. Marcelino Domingo, el primer Ministro para la Instrucción Pública, definió la República, como la República de los Maestros, que demuestra la importancia que dio la República a la educación, considerando a los maestros como los funcionarios más importantes del Estado e incorporando las más modernas teorías educativas para configurar una educación pública, obligatoria, gratuita, activa, laica y bilingüe, siendo uno de sus objetivos acabar con la discriminación por género o clase social.

La figura de los maestros y maestras se dignificó hasta el punto de considerarles el “alma” de la escuela. Se creó un nuevo plan de formación donde hombres y mujeres estudiaban juntos y donde el claustro de las escuelas de magisterio por primera vez en la historia también era mixto. Se elevaron a universitarios los estudios de Magisterio, exigiendo bachillerato para acceder a los estudios de Magisterio. Del mismo modo se mejoraron sus retribuciones. En este contexto, las maestras republicanas se convirtieron en modelo de ciudadanas para sus alumnas y para el conjunto de la sociedad, mostrando un perfil de mujer independiente. Aprendieron a ser independientes y se convirtieron en icono para unas niñas que iban a conocer otro modelo de mujer distinto al de la mujer tradicional.

Mujeres que desecharon el corsé, el pelo largo y las faldas hasta el tobillo, y empezaron a llevar zapatos con tacón y faldas por debajo de la rodilla, buscando la comodidad dentro de la feminidad, creciendo con estos cambios, las ideas, comenzando a firmar artículos, manifestar opiniones, viajar al extranjero y ser noticia en prensa y revistas. Son mujeres cultas, independientes y autónomas, que forman parte de asociaciones, y se movilizaron políticamente e incluso accedieron al Gobierno. Participaron activamente reclamando la igualdad entre sexos, el sufragio universal, el acceso libre a la Universidad, una legislación laboral no discriminatoria, así como el divorcio y otros derechos de la mujer, encontrando mujeres en la dirección de FETE - UGT, como Victoria Zárate, Elisa López, Justa Freire o Mar del Pozo.

Precisamente FETE - UGT organizó dos corrientes al amparo de la educación progresista, el modelo de la Institución Libre de Enseñanza, y el de las Escuelas de Trabajo, convirtiéndose en referente fundamental de la Educación en la Segunda República.

En el libro "Maestras de la República" se puede descubrir la fuerza de las maestras, sino el entusiasmo con el que muchas investigadoras e investigadores trataban de recuperar su memoria, sus nombres, saber qué les pasó, cuáles fueron sus logros, si tuvieron participación política o sindical, cómo sufrieron la represión…

Es necesario, sobre todo en este momento que estamos viviendo, que todo el  mundo conozca a estas mujeres tan valientes, tan comprometidas y con tantos deseos de transformar la sociedad. Carmen Agulló Díaz, Sara Ramos, Carmen García Colmenares, Herminia Lafoz, Mar del Pozo… Conocerlas es quererlas y querer saber más. Es maravilloso aprender cómo la República abrió un abanico de posibilidades a las mujeres para conseguir su emancipación e independencia y como ellas supieron aprovecharlo.

En un primer momento se pensó en hacer un documental de veinte minutos de duración porque no disponíamos de muchos recursos en medio de esta crisis que estamos viviendo, pero según aumentaba el conocimiento del tema crecía el entusiasmo de los autores y así fue creciendo el proyecto hasta convertirse en el largometraje documental que es hoy, protagonizado por el personaje de la maestra, que se mueve en el IES Isabel La Católica, magnífco edifcio de la época sede del Instituto-Escuela en 1928. 

Este personaje nos sirve para ir introduciendo los diferentes bloques temáticos de la estructura del documental, pero no de una manera explícita. Hay que dejar que el espectador vaya descubriendo por si mismo el interés de las protagonistas. Para ello utilizamos se utiliza una voz en off. Esta voz está construida fundamentalmente sobre textos del libro “Historia de una Maestra” de Josefna Aldecoa, el cual ayuda a conocer mejor la historia de esta mujeres.

En el documental se cuenta también con la participación de familiares de maestras republicanas como Hilda Farfante. Una mujer hija de maestra y maestro republicanos asesinados en 1936. Hilda es un personaje entrañable porque ella tuvo que vivir muchos años en silencio. Sin embargo ahora cuenta su historia con voz alta y clara y con tanta dignidad que consigue emocionarnos una y otra vez. 

También participa Alfonso Vigre, hermano de Julia Vigre, que fue presidenta de FETE o Elvira Ontañón, hija de María Sánchez Arbós, la maestra de la Institución Libre de Enseñanza, protagonista de la frase de Cossío “Alma, María, Alma”.

Todos ellos nos contaron esas historias de vida de mujeres luchadoras, vocacionales, que nunca perdieron su entusiasmo por educar a los niños y a los adultos, ni siquiera en las peores circunstancias, como en la cárcel, para cumplir con su labor social.

Precisamente en los tiempos que vivimos de crisis económica, sus reivindicaciones tienen plena actualidad. Defender los valores de la escuela pública, coeducativa, laica, basada en el principio de solidaridad humana, no es algo del pasado, es presente y también es el mejor futuro que podemos dejar a las próximas generaciones.

Desgraciadamente durante la dictadura, los Maestros y Maestras fueron uno de los colectivos más represaliados, porque simbolizaban la política educativa y democrática de la Segunda República, además del intento de desterrar el modelo de mujer libre e independiente, contrario al modelo que propugnaba el nacional catolicismo, realizando un meticuloso trabajo de depuración física y simbólica de su legado, aunque muchas continuaron su labor en las cárceles formando a compañeras y sus hijos e hijas, otras se exiliaron trabajando con niños de la guerra, y las que se quedaron, y no fueron fusiladas, sufrieron el exilio interior. 

Se perdió mucha documentación y muchos archivos fueron destruidos por el miedo y por quienes quisieron borrar la historia. Pero también es una experiencia satisfactoria ver fotos, recuerdos que muchas personas guardaron o escondieron y que han guardado con ilusión y con enorme generosidad. 

Con el documental “Las Maestras de la República” queremos recuperar la gran labor que desempeñaron estas mujeres en la conquista de la igualdad y de la educación pública y democrática.

Ahora sólo queda esperar que el gran esfuerzo que nuestras maestras pusieron en su trabajo, más la ilusión de los que hemos trabajado en este documental traspase la pantalla y llegue a todos los espectadores. Que lo disfruten!




















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