SOCIEDAD RECLAMA AVANCES REALES EN IGUALDAD



La sociedad reclama avances reales en igualdad

Día Internacional de la Mujer. En un año han seguido aumentando las brechas

Un año después del histórico 8 de marzo, los datos demuestran que no ha habido avances legales ni reales en materia de igualdad y que, lejos de reducirse, las brechas de género aumentan.

Las mujeres acceden al mercado laboral en peores condiciones, promocionan menos a puestos de responsabilidad, reciben salarios más bajos y, asumen casi en solitario las responsabilidades familiares.

Por todo ello, el sindicato anima a la ciudadanía a dar un paso al frente, participar en los paros y en las movilizaciones y dejar claro que la sociedad quiere igualdad real y la quiere ya.

Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el próximo viernes, 8 de marzo, la Unión General de Trabajadores ha elaborado un informe que realiza un balance sobre la situación de la mujer en el ámbito laboral un año después de la huelga del 8 de marzo de 2018.

El sindicato considera que la igualdad, además de ser un derecho fundamental y una cuestión de justicia, constituye una necesidad social y de nuestra economía. Sin embargo, el contexto de recuperación económica, no se está traduciendo en una mejora de la situación de las mujeres en el mercado laboral, ya que lejos de reducirse, las brechas de género en el empleo aumentan.

UGT subraya que las reformas laborales y las medidas de recorte y austeridad junto a la ausencia de actuaciones públicas que realmente contribuyan a avanzar en la igualdad de género siguen incrementando la situación de retroceso en la igualdad de género y colocan a las mujeres en un escenario que nos aleja cada vez más de la posibilidad de alcanzar la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.

La realidad es que las mujeres acceden al mercado laboral en peores condiciones que los hombres, promocionan menos a puestos de responsabilidad, reciben salarios más bajos y, además, siguen asumiendo casi en solitario las responsabilidades familiares.

Por todo ello, UGT y CCOO convocaron el año pasado una huelga el día 8 marzo, Día Internacional de la Mujer, como jornada de protesta para exigir la corrección de las desigualdades y eliminar la discriminación por razón de género, pero un año después, el análisis de los datos que recoge la Encuesta de Población Activa del INE en 2018, siguen evidenciando los niveles de desigualdad laboral entre mujeres y hombres, y que la supuesta recuperación del empleo, no está afectando por igual a ambos, mostrando la debilidad del empleo femenino y la peor valoración del trabajo de las mujeres.

La situación laboral de las mujeres no ha mejorado, las brechas se mantienen y crecen y este año no se ha llegado a adoptar ninguna medida legislativa que revierta esta situación en materia de políticas de igualdad y el rechazo al proyecto de ley de los Presupuestos generales del Estado para 2019 ha supuesto una oportunidad perdida para acabar con las políticas de recortes y austeridad.

Además, a la desigualdad laboral hay que añadir la situación intolerable que sufren las mujeres víctimas de violencia de género en España. El Pacto de Estado contra la Violencia de Género se ha quedado muy escaso en las medidas en el ámbito laboral, por lo que es fundamentar potenciar el Programa de inserción sociolaboral para las víctimas de violencia de género y apenas se han desarrollado medias de apoyo y protección a las víctimas, relacionadas con el ámbito laboral.

En este año no se han adoptado medidas que reviertan de forma efectiva la etapa regresiva del anterior gobierno en materia de políticas de igualdad. Por ello, desde UGT siguen exigiendo al Gobierno, formaciones políticas y a las empresas la adopción de medidas eficaces y efectivas que para combatir la discriminación y la desigualdad en el empleo de las mujeres.

UGT propone medidas urgentes

  • Hacer efectivo el diálogo social e impulsar la negociación colectiva, incrementar las políticas activas de empleo, exigir planes de igualdad en todas las empresas ampliando su ámbito de aplicación legal a empresas de menos de 250 trabajadores/as, así como la adopción de medidas de acción positiva dirigidas a eliminar la discriminación y la desigualdad en el empleo y en la protección social.
  • Aprobar una ley de igualdad salarial que contribuya de forma eficaz a combatir la brecha salarial eliminando la discriminación retributiva entre hombres y mujeres.
  • Reforzar y garantizar los instrumentos y recursos de vigilancia, control y sanción de la Autoridad Laboral para el cumplimiento efectivo del principio de igualdad en el ámbito laboral.
  • Adoptar medidas y políticas que garanticen la efectiva corresponsabilidad entre mujeres y hombres para el reparto equitativo de las responsabilidades familiares, que hagan posible la compatibilización del trabajo y los cuidados sin efectos negativos para las mujeres, como la equiparación del permiso de paternidad al de maternidad, entre otras.
  • Avanzar en la eliminación de las violencias machistas, garantizando el estricto cumplimiento de las medidas acordadas en el Pacto de Estado contra la violencia de género y garantizar su impacto para mejorar la situación de estas mujeres.
  • Poner en marcha un modelo educativo igualitario y fortalecer los servicios públicos, especialmente en Educación, Sanidad y Servicios Sociales, así como garantizar la existencia y viabilidad de infraestructuras públicas para la atención y cuidados de calidad, accesibles y adecuados, de niños y niñas, especialmente menores de 0 a 3 años y de personas mayores y/o en situación de dependencia.


Por todas estas razones, las organizaciones sindicales han convocado una huelga general de al menos dos horas por turno con cobertura de 24 horas para el próximo 8 de marzo de 2019, que tiene por objetivo exigir que las políticas de igualdad sean prioritarias para el Gobierno, el reconocimiento pleno y efectivo del derecho a la igualdad de todas las mujeres y denunciar cualquier vulneración de sus derechos.

Algunos datos relevantes

  • En 2018, la tasa de actividad femenina ha continuado descendiendo hasta situarse en un 53,6% frente al 64,56% de la de los hombres situando la brecha la brecha en 11,50 puntos porcentuales.
  • El 58,32% del total de la población inactiva son mujeres. Más de tres millones de mujeres (3.355.525) por dedicarse a labores del hogar.
  • La tasa de empleo de los hombres supone el 55,70% frente al 44,03% de las mujeres, lo que implica la existencia de una brecha de 11,67 puntos de diferencia entre una y otra en las tasas de empleo.
  • La segregación ocupacional sexista tanto por sectores de actividad como por tipo de ocupaciones se mantiene en el último año. El 86,68% de las mujeres ocupadas se concentran en sector servicios. Un 7,94% en el sector industria, 2,17% en agricultura y 1,21% en construcción.
  • El empleo a tiempo parcial sigue siendo mayoritariamente femenino. Casi el 75% (74,53%) del trabajo a tiempo parcial lo desempeñan mujeres 2.109.550 mujeres frente a 721.000 hombres (25,47%). El número de mujeres con contratos a tiempo parcial no deja de crecer.
  • Los permisos de maternidad se han reducido en 2018 aunque siguen siendo mayoritariamente disfrutados por la madre – en el 98,13 % de los casos-. Las excedencias por cuidado de familiar siguen aumentando y, al igual que ocurre con los permisos de maternidad, son las mujeres las que se acogen en el 89,45% de los casos.
  • La temporalidad y el menor número de mujeres con contratos indefinidos siguen dificultando el mantenimiento en el empleo de mujeres. Más de medio millón de mujeres, 675.250 que hombres siguen sin tener acceso a un contrato indefinido. Además, la tasa de paro femenino es del 17,03% frente al 13,72% de los hombres.
  • La tasa de paro femenino es del 17,03% frente al 13,72% de los hombres. La brecha de género se mantiene. Hay 129.975 mujeres más en paro que hombres y por tramos de permanencia en el desempleo, son igual o mayoría, siendo además el 52,25% de los parados de larga duración los que llevan 2 años o más.


INFORME

1. La tasa de actividad femenina y la brecha de género empeora en el último año. 

2. La mayor parte de mujeres inactivas, lo son por dedicarse a las labores del hogar. 

3. La población ocupada femenina sigue siendo inferior a la de los hombres y en el último año vuelve a crecer la brecha de género 

4. La segregación ocupacional sexista se mantiene en el último año 

5. El empleo a tiempo parcial sigue siendo el empleo de las mujeres y en el último año la brecha entre mujeres y hombres ha vuelto a crecer 

6. Los permisos para cuidado de familiares no retribuidos siguen siendo de las mujeres y los permisos retribuidos para hombres. En el año 2018, hay más permisos de paternidad que maternidad. 

7. Inestabilidad laboral o empleo temporal sigue otro año más dificultando el mantenimiento en el empleo para las mujeres 

8. La brecha de género en la tasa de paro se mantiene un año más 

9. El paro de larga duración, afecta en mayor medida a las mujeres que a los hombres 

10. De todas las mujeres que perciben alguna prestación por desempleo, el 40,23% reciben la prestación contributiva 

11. Por edades, entre 25 y 54 años se concentran la mayor parte de las perceptoras del desempleo contributivo. La brecha salarial en las cuantías de la prestación se mantiene en todas las edades

Introducción 

La igualdad además de ser un derecho fundamental y una cuestión de justicia, constituye una necesidad social y de nuestra economía. La igualdad es imprescindible para que las empresas en España sean competitivas; un modelo de competitividad basado en la calidad de los productos y los servicios no es posible sin igualdad real entre mujeres y hombres en los centros de trabajo. 

El contexto de recuperación económica, no se está traduciendo en una mejora de la situación de las mujeres en el mercado laboral. Lejos de reducirse, las brechas de género en el empleo aumentan. 

Las reformas laborales y medidas de recorte y austeridad junto a la omisión de actuaciones públicas que realmente contribuyan a avanzar en la igualdad de género siguen incrementando la situación de retroceso en la igualdad de género y colocan a las mujeres en una situación que nos aleja cada vez más de la posibilidad de alcanzar la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. 

Las mujeres acceden al mercado laboral en peores condiciones que los hombres, promocionan menos a puestos de responsabilidad, reciben salarios más bajos y siguen asumiendo casi en solitario las responsabilidades familiares. 

Por estas razones UGT y CCOO convocamos el año pasado una huelga el día 8 marzo, Día Internacional de la Mujer como jornada de protesta para exigir la corrección de las desigualdades y eliminar la discriminación por razón de género. 

Un año después, el análisis de los datos que recoge la Encuesta de Población Activa del INE en 2018, siguen evidenciando los niveles de desigualdad laboral entre mujeres y hombres, por lo que la supuesta recuperación del empleo, no está afectando por igual a ambos, mostrando la debilidad del empleo femenino y la peor valoración del trabajo de las mujeres. 

La tasa de actividad de las mujeres desciende otro año más y la brecha de género en las tasas de empleo respecto a los hombres siguen aumentando. 

Hay 1. 606.300 mujeres activas menos que hombres, 1.736.200 mujeres menos ocupadas pero hay 130.000 mujeres más en paro. La brecha en la tasa de empleo supera los 11 puntos y sin embargo la tasa de paro que soportan las mujeres (17,03%) es superior a la de los hombres (13,72%). Sigue persistiendo una brecha salarial del 22,35%. 

Las trabajadoras cobraron de media 5.793,02 euros menos que los hombres. Y todas estas condiciones laborales que soportan las mujeres a lo largo de su vida laboral se traslada en materia de protección social. Además, a la desigualdad laboral hay que añadir la situación intolerable que sufren las mujeres víctimas de violencia de género en España. 

El Pacto de Estado contra la Violencia de Género se ha quedado muy escaso en las medidas en el ámbito laboral, por lo que es fundamentar potenciar el Programa de inserción sociolaboral para las víctimas de violencia de género y apenas se han desarrollado medias de apoyo y protección a las víctimas, relacionadas con el ámbito laboral. 

En este año no se han adoptado medidas que reviertan de forma efectiva la etapa regresiva del anterior gobierno en materia de políticas de igualdad. El rechazo al proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado, para el 2019 ha supuesto una oportunidad perdida para acabar con las políticas de recortes y austeridad. Desde UGT seguimos exigiendo al Gobierno, a las formaciones políticas y las empresas la adopción de medidas eficaces y efectivas para combatir la discriminación y la desigualdad que siguen soportando a las mujeres. 

Por ello es urgente y necesario: 

  • Hacer efectivo el diálogo social e impulsar la negociación colectiva, incrementar las políticas activas de empleo, exigir planes de igualdad en todas las empresas ampliando su ámbito de aplicación legal a empresas de menos de 250 trabajadores/as, así como la adopción de medidas de acción positiva dirigidas a eliminar la discriminación y la desigualdad en el empleo y en la protección social.
  • Aprobar una ley de igualdad salarial que contribuya de forma eficaz a combatir la brecha salarial eliminando la discriminación retributiva entre hombres y mujeres. 
  • Reforzar y garantizar los instrumentos y recursos de vigilancia, control y sanción de la Autoridad Laboral para el cumplimiento efectivo del principio de igualdad en el ámbito laboral. 
  • Adoptar medidas y políticas que garanticen la efectiva corresponsabilidad entre mujeres y hombres para el reparto equitativo de las responsabilidades familiares, que hagan posible la compatibilización del trabajo y los cuidados sin efectos negativos para las mujeres, como la equiparación del permiso de paternidad al de maternidad, entre otras. 
  • Avanzar en la eliminación de las violencias machistas, garantizando el estricto cumplimiento de las medidas acordadas en el Pacto de Estado contra la violencia de género y garantizar su impacto para mejorar la situación de estas mujeres. 
  • Poner en marcha un modelo educativo igualitario y fortalecer los servicios públicos, especialmente en Educación, Sanidad y Servicios Sociales, así como garantizar la existencia y viabilidad de infraestructuras públicas para la atención y cuidados de calidad, accesibles y adecuados, de niños y niñas, especialmente menores de 0 a 3 años y de personas mayores y/o en situación de dependencia.


Por todas estas razones, UGT y CCOO convocamos una huelga general de al menos dos horas por turno con cobertura de 24 horas para el próximo 8 de marzo de 2019, que tiene por objetivo exigir que las políticas de igualdad sean prioritarias para el Gobierno, el reconocimiento pleno y efectivo del derecho a la igualdad de todas las mujeres y denunciar cualquier vulneración de sus derechos. 

La tasa de actividad femenina y la brecha de género empeora en el último año

En 2018 la tasa de actividad femenina ha vuelto a descender, y la brecha de género entre mujeres y hombres ha continuado aumentando, situándose ya en 11,5 puntos por debajo de la masculina. Se confirma así una tendencia que resulta muy negativa para el empleo de las mujeres. La tasa de actividad femenina ha vuelto a disminuir en el último año, pasando de un 53,24% en 2017 a un 53,06% en 2018. Se confirma así la tendencia decreciente desde 2012, en la que la tasa de actividad de las mujeres era de un 53,98%. 

A su vez la brecha de género, es decir la diferencia con la tasa de actividad de los hombres continúa en aumento. En 2018 la diferencia entre la tasa de actividad masculina (64,56%) y la femenina (53,06%) se sitúa ya en 11,5 puntos; en 2017 dicha diferencia fue de 11,49 puntos. 

El incremento de la brecha de género en la tasa de actividad no es una buena noticia para el empleo de las mujeres y resulta muy preocupante que la tendencia del descenso de la tasa de actividad femenina, emprendida en los últimos años de la crisis, se mantenga un año más. 

Es necesario que en España se adopten medidas para favorecer el crecimiento de la tasa de actividad de las mujeres y la eliminación de la brecha de género con los hombres, y se sigan las recomendaciones de la Unión Europea y de todos los Organismos Internacionales, que ven en el empleo de las mujeres la oportunidad para el crecimiento económico y para el incremento de la eficiencia y la productividad en el mundo laboral.  

En la tabla siguiente se recogen las cifras de la población activa por sexo y la diferencia o brecha entre mujeres y hombres 



En el grafico siguiente se recoge la evolución de la tasa de actividad femenina desde 2012, en la que se refleja como continúa descendiendo.



Desde 2012, la tasa de actividad de las mujeres ha descendido casi un punto. Las reformas laborales aprobadas durante la crisis económica, unida a los recortes en el gasto público, no sólo no ha favorecido la permanencia de las mujeres en el mercado de trabajo, sino que sigue expulsándolas. 

La herencia que nos dejan las políticas que, durante la recesión fueron adoptadas al margen de su impacto de género y sin importar el mismo, sigue presente en el empleo, sin que los efectos negativos y de retroceso que han tenido sobre la igualdad en el ámbito laboral se hayan paralizado ni invertido. 

Por CCAA, la tasa de actividad de las mujeres en 2018, vuelve a ser inferior a la de los hombres en todas y cada una de ellas. En general, y salvo en el caso de Extremadura y Murcia, en 2018, en aquellas CCAA en las que se ha incrementado la tasa de actividad femenina se ha reducido la brecha de género, mientras que crece en aquellas en las que la tasa de actividad femenina ha descendido. 

Con excepción de Extremadura y Murcia, en las que, habiendo descendido la tasa de actividad femenina, también lo ha hecho la brecha de género, en el resto de CCAA, el descenso de la tasa de actividad de las mujeres ha ido acompañado de un incremento en la brecha de género de esta tasa. 

Las únicas comunidades en las que la tasa de actividad de las mujeres es más alta, superando la media de la tasa de actividad femenina nacional, situada en 53,06% en 2018, son Baleares (59,06%), Madrid (57,93%), Cataluña (56,26%), Canarias (55,48%), Navarra (54,88%), la Rioja 54,69%), y Melilla (54,5%). Respecto de 2017, con excepción de Melilla, son las mismas CCAA, las que se mantienen con mayor tasa de actividad femenina. Las comunidades con las tasas más bajas de actividad femenina son Asturias (46,92%), Extremadura (48,17%), Castilla y León (48,68), Galicia (49,38%) y Cantabria (49,24%). 


En el cuadro siguiente se recogen los datos de actividad y de tasas de actividad de hombres y mujeres, en el que se puede apreciar cómo tanto en un caso como otro las cifras de mujeres son inferiores a la de los hombres en todos los casos y con independencia del lugar donde residan. 



Respecto a las brechas de género en las tasas de actividad entre mujeres y hombres por CCAA, las más elevadas se corresponden con Melilla (16,12), Castilla la Mancha (14,65), Extremadura (14,44) y Murcia (14,29). Las brechas menores se encuentran en Asturias (8,12), Galicia (8,14) y Navarra (8,56). 



Llama la atención, al igual que en el año anterior a 2018, el caso de Baleares que, teniendo la tasa de actividad femenina más alta de España, presenta también una elevada brecha de género. El gráfico siguiente muestra la brecha de género o diferencia entre la tasa de actividad masculina y la femenina que se da en todas y cada una de las CCAA. 


La mayor parte de mujeres inactivas, lo son por dedicarse a las labores del hogar. Los datos del año 2018, ponen de manifiesto que las mujeres son casi el 60% de las personas inactivas (58,32) en España, más del noventa por ciento (90,35%), lo son por dedicarse a las labores del hogar. Hay 6.702.225 hombres frente a 9.337.700 mujeres, es decir hay 2.675.475 mujeres más inactivas que hombres. Sin embargo,las razones de esta inactividad son diferentes para ellos y ellas. 


Mientras la mayor presencia de hombres inactivos está en la jubilación o prejubilado, casi cuatro millones (3.978.625), la mayor presencia de mujeres inactivas esta en las labores del hogar, más de tres millones de mujeres (3.355.525) se dedican únicamente a cuidar del hogar y la familia sin ningún tipo de remuneración. 

Las mujeres tienen una elevadísima presencia entre quienes reciben una pensión distinta a la de jubilación, casi un millón y medio de mujeres (1.495.850) frente a 168.700 hombres. También son mayoría entre las estudiantes, personas inactivas por incapacidad permanente o las que realizan trabajos sociales, actividades benéficas sin remuneración. 

Si comparamos los datos con los datos de EPA 2017 desafortunadamente se confirman un ligero aumento de las mujeres inactivas respecto a los hombres y siguen siendo más del 90% por las labores del hogar, el principal motivo de inactividad. En el año 2018 aumenta levemente (0,22 puntos) el porcentaje de mujeres que son inactivas por labores del hogar, pasando del 90,13% en 2017 al 90,35% en 2018. 

Las labores del hogar siguen siendo la principal causa de inactividad en todas las comunidades autónomas. Las mujeres inactivas que se dedican a labores del hogar son mayoritarias respecto a los hombres con independencia del lugar en que residen, oscilando dese el 94% en Asturias, que tiene el porcentaje más elevado de mujeres inactivas por esta causa hasta el 84,71% de Canarias, que tiene el porcentaje más bajo. 

En Andalucía, la cifra de mujeres inactivas por labores del hogar es de casi setecientas mil mujeres (690.700) en el resto de comunidades no supera el medio millón. Además de Asturias, con casi el 94% están Ceuta con 93,99%, y Castilla la Mancha con 93,70% son las comunidades con los porcentajes más elevados de mujeres inactivas que se dedican a labores del hogar. Por el contrario, las comunidades con menores porcentajes son Canarias 84,71% y Galicia con 85,71%. Al comparar los datos del 2017 con los del 2018 podemos corroborar que los porcentajes de las mujeres inactivas se mantienen, con ligerísimas variaciones

El 93,46% de las personas inactivas que no buscan empleo por dedicarse al cuidado de niños o adultos, enfermos, discapacitados o mayores son mujeres. Cerca de medio millón de mujeres (485.200) frente a 33.950 hombres no buscan empleo por dedicarse al cuidado de niños o adultos, enfermos, discapacitados o mayores, y 1.212.475 mujeres (frente a 93.975 hombres) no lo hacen por tener otras responsabilidades familiares o personales. Estos datos ponen de manifiesto una vez más la brecha de género cuando se trata de la asunción de las responsabilidades familiares. 

En el caso de los hombres, los que declaran que su motivo para no buscar empleo sea el cuidado de niños o adultos, enfermos, discapacitados o mayores solo son 6,54% (33.950) frente al 93,46% de mujeres. Si comparamos este dato con el año 2017, este porcentaje se reduce un poco más de medio punto ((0,67), pasando de un 94,13% en 2017 al 93,46%. Respecto al motivo de no buscar empleo porque consideran que no lo van a encontrar, las mujeres casi 69% (68,90&) creen que no lo van a encontrar, 221.575 mujeres frente a 100.000 hombres. El efecto desánimo afecta precisamente a las mujeres debido a sus mayores dificultades para incorporase y mantenerse en el mercado laboral. 

Los datos de la tabla anterior ponen de manifiesto que en España se mantiene un gran déficit en la corresponsabilidad por parte de los hombres, ya se trate de los que tienen empleo como de los inactivos, datos que apenas varían año tras año en los análisis de datos de la EPA. 

La segregación ocupacional sexista por tipo de ocupaciones Las mujeres, además de concentrarse mayoritariamente en un sector de actividad como es el de servicios que, con excepción del transporte, son mayoría en los trabajos no cualificados (en la que se encuentran personas empleadas de hogar, personal de limpieza y ayudantes de preparación de alimentos.), son también mayoría en tan sólo unas pocas ocupaciones, fuertemente feminizadas, como las relacionadas con la enseñanza, la salud, el cuidado de personas, la restauración y comercio y la atención al publico en oficinas. 

De los 17 grupos de ocupación, en 6 de los grupos, las mujeres no sólo son mayoría, con porcentajes superiores al 60% en casi todos ellos, superando en algún caso el 80% como en el grupo de trabajadores no cualificados en servicios, y alcanzando casi el 80% en algún otro, como el de trabajos de salud y cuidado de personas, sino que además existe una gran diferencia con el número de hombres en valores absolutos ocupados en esos mismos grupos. 

Del total de mujeres ocupadas, 1.569 .375 mujeres que se encuentran en el grupo de trabajadores de los servicios de restauración son casi el 60% (58,81%) frente a 1.099.375 hombres; 1.212.550 mujeres están ocupadas como técnicas profesionales científicos e intelectuales de la salud y la enseñanza (69,31%) frente a 536.850 hombres; 945.800 mujeres (78,74%) frente a 255.425 hombres en los trabajadores de los servicios de salud; 690.725 mujeres (73,56%) en el grupo de empleados de oficina que atienden al público, frente a 248.2505 hombres; 656.800 mujeres (61,21%) frente a 416.200 hombres en empleados de oficina que no atienden al público. 

Y 1.195.325 mujeres dentro de los trabajadores no cualificados en servicios (excepto transporte) frente a 279.725 hombres. En este grupo se encuentran las personas empleadas de hogar, personal de limpieza, ayudantes de preparación de alimentos, todas ellas ocupaciones feminizada. 

Por el contrario, la presencia de mujeres en tres de los grupos de ocupación es prácticamente testimonial, como en el grupo de trabajadores cualificados de la construcción (1,21% sobre el total de ocupados en este grupo), conductores y operadores de maquinaria móvil (3,91%), o en ocupaciones militares (11,17%). 

 En el resto de los grupos de ocupación, las mujeres están también infrarrepresentadas en la mayoría de los casos, siendo su presencia inferior a la de los hombres en todos estos grupos, oscilando su participación entre el 18,84% en el grupo de trabajadores cualificados de las industrias manufactureras, excepto operadores de instalaciones y máquinas, y el 41,34% en el grupo de otros técnicos y profesionales científicos e intelectuales. 

En el grupo de directores y gerentes, las mujeres representan tan sólo el 32,14% del total de personas ocupadas en dicho grupo. 

Estos datos ponen de manifiesto la fuerte segregación sexista del trabajo, que se traduce en una clara división ocupacional entre y hombres y mujeres, y que sigue manteniendo el patrón ancestral de la atribución de roles sexistas a mujeres y hombres, de forma que cuando las mujeres acceden al mundo laboral lo hacen en las ocupaciones que tradicionalmente venían desempeñando en el ámbito privado, como son las tareas de cuidados y educación por ejemplo, y en las ocupaciones peor valoradas y peor retribuidas, mientras que los hombres acceden a las tareas desempeñadas tradicionalmente por los hombres, fuertemente masculinizadas, mejor valoradas y mejor retribuidas. 

La segregación ocupacional se mantiene prácticamente invariable respecto al año 2017. En ambos años las mujeres solo son mayoría en 6 grupos de ocupación de los 17 grupos. Como excepción mencionamos que en el 2018 respecto al año 2017, ha habido un incremento en la presencia de mujeres en el grupo de directores y gerentes pasando de un 30,59% al 32,14 % en 2018, en términos absolutos son 21.000 mujeres ocupadas más. 

El empleo a tiempo parcial sigue siendo el empleo de las mujeres y en el último año la brecha entre mujeres y hombres ha vuelto a crecer El empleo a tiempo parcial sigue siendo mayoritariamente femenino y la brecha entre mujeres y hombres sigue creciendo. Los datos del INE de 2018 ponen de manifiesto la notable desigualdad de género en el empleo a tiempo parcial, que además ha crecido respecto de 2017. 

En 2018, casi el 75 % (74,53%) del trabajo a tiempo parcial lo desempeñan mujeres, con una brecha de género de más de 49 puntos (49,06) porcentuales de diferencia con los hombres. En términos absolutos 2.109.550 mujeres trabajan a tiempo parcial frente a 721.000 hombres, siendo 1.388.450 mujeres más que de hombres las que trabajan a tiempo parcial. 

Respecto de 2017, la brecha se ha incrementado pasando de 46,64 puntos porcentuales a 49,06 en 2018, lo que supone un aumento de 2,45 puntos en el último año. 

En términos absolutos, mientras que el número de hombres con contrato a tiempo parcial ha descendido en un año, pasando de 751.950 a 721.100, el número de mujeres con contrato a tiempo parcial se ha incrementado de 2.066.925 en 2017 a 2.109.550 en 2018. Por el contrario, cuando se trata de trabajo a tiempo completo, el porcentaje de mujeres es del 40,53% frente al 59,44% de hombres en 2018. 

La brecha de género en 2018 es de 18,94 puntos porcentuales en la contratación a tiempo completo, experimentando un incremento respecto de 2017, en el que la brecha era de un 18,88%. Estos datos resultan muy preocupantes si tenemos en cuenta que el trabajo a tiempo parcial, mayoritariamente no elegido por sus destinatarios, en su inmensa mayoría mujeres, y que la regulación del mismo supone menores ingresos retributivos para las mujeres, una menor protección social, y mayores dificultades de acceso para las prestaciones contributivas del Sistema de Seguridad Social. Y todo ello pese a la Jurisprudencia más reciente del Tribunal de Justicia de la UE, reconociendo el carácter discriminatorio que supone para las mujeres españolas el trabajo a tiempo parcial. 

Los datos evidencian un año más, que la preferencia de la población ocupada en España, tanto de hombres como de mujeres, es la de trabajar a tiempo completo, siendo la principal causa del trabajo a tiempo parcial la de no encontrar trabajo a jornada completa para ambos sexos, seguida de la atención de responsabilidades familiares y cuidados en el caso de las mujeres. 

Así mismo las mujeres son mayoría en la modalidad de contratación a tiempo parcial cuando se trata de aceptar este tipo de jornada como única modalidad de inserción laboral y los datos acerca del cuidado de familiares u otras obligaciones familiares, ponen de manifiesto la ausencia del reparto de estas tareas entre hombres y mujeres, ya que la práctica totalidad de quienes manifiestan trabajar a tiempo parcial por estos motivos relacionados con la familiar son mujeres. 

Tanto la desigualdad y el efectos discriminatorios del trabajo a tiempo parcial, como la ausencia de reparto equilibrado en las responsabilidades familiares entre hombres y mujeres y la insuficiencia de servicios públicos, de calidad y asequibles, que permitan la atención de la familia, son cuestiones aún pendientes de corregir que requieren la adopción de políticas específicas dirigidas a la reparación de las disparidades que impiden el cumplimiento del principio de igualdad de trato y oportunidades en el empleo. 

A nivel de Comunidad Autónoma, sucede igual que con los datos nacionales. En todas las comunidades, en la ocupación a jornada completa son menos las mujeres que los hombres. Y en la ocupación a jornada parcial, la situación se invierte, y las mujeres con empleo a tiempo parcial son mayoritarias. Las comunidades con el porcentaje más elevado de mujeres ocupadas a jornada completa son Madrid (44,28%), Galicia (43,17%) y Cataluña (42,70%) superando la media nacional del 40,53%. Extremadura 33,68%, Melilla 34,09 y Castila La Mancha 34,66% son las comunidades que presentan los porcentajes más bajos de mujeres ocupadas a tiempo completo. 

Resumen y conclusiones 

El balance tras un año desde el último análisis de datos realizado con motivo del 8 de marzo del año anterior, arroja un resultado de empeoramiento de la situación de las mujeres en el ámbito laboral: 

  • En 2018, la tasa de actividad femenina ha continuado descendiendo y la brecha de género ha aumentado. Hay 1.606.300 mujeres menos en activo que hombres.
  • La tasa de actividad de las mujeres es de un 53,06% frente a la de un 64,56% de hombres y la brecha de género alcanza ya 11,50 puntos porcentuales. 
    • Las cifras han empeorado respecto de 2017, en el que la tasa de actividad femenina era de un 53,25% y la brecha de 11,49 puntos aún no había alcanzado los 11,50 de 2018. 
    • Las comunidades autónomas en las que la tasa de actividad de las mujeres es más alta, superando la media de la tasa de actividad femenina nacional, situada en 53,06% en 2018, son Baleares (59,06%), Madrid (57,93%), Cataluña (56,26%), Canarias (55,48%), Navarra (54,88%), la Rioja 54,69%), y Melilla (54,5%), mientras las comunidades con las tasas más bajas de actividad femenina son Asturias (46,92%), Extremadura (48,17%), Castilla y León (48,68), Galicia (49,38%) y Cantabria (49,24%). 
  • El 58,32% del total de la población inactiva son mujeres. Más de tres millones de mujeres (3.355.525) son inactivas por dedicarse a labores del hogar, frente a 358.225 hombres. Cuando el motivo de no buscar empleo es por cuidar niños, adultos, enfermos discapacitados o mayores casi medio millón de mujeres (485.200) frente a 33.950 hombres. 
    • En España hay 8.795.750 mujeres ocupadas frente a 10.531.950 hombres, es decir que son 1.736.200 mujeres ocupadas menos que hombres. La tasa de empleo de los hombres supone el 55,70% frente al 44,03% de las mujeres, lo que implica la existencia de una brecha de 11,67 puntos de diferencia entre una y otra en las tasas de empleo. 
    • Esta brecha no deja de aumentar año tras año, pasando de 9,83 en el 2013 al 11,67 del 2018. Baleares, con un 52,59%, Madrid, con un 50,48% y Cataluña, con un 49,46%, son las comunidades que presentan una tasa de empleo femenino más alta. Las comunidades que registran la tasa de empleo más bajas Ceuta con un 33,23%, Extremadura con un 34,18% y Andalucía con un 36,60%. 
  • La segregación ocupacional sexista tanto por sectores de actividad como por tipo de ocupaciones se mantiene en el último año. 
    • El 86,68% de las mujeres ocupadas se concentran en sector servicios. Un 7,94% en el sector industria, 2,17% en agricultura y 1,21% en construcción. Y son mayoría en solo 6 grupos de ocupación, con porcentajes superiores al 60%. Además existe una gran diferencia con el número de hombres en valores absolutos ocupados en esos mismos grupos, como el grupo de trabajadores de los servicios de restauración son 58,81%, en el de técnica profesionales científicos e intelectuales de la salud y la enseñanza son el 69,31%, el 78,74% son mujeres en los trabajadores de los servicios de salud; 73,56%) en el grupo de empleados de oficina que atienden al público; 61,21% en empleados de oficina que no atienden al público. 
    • Y 1.195.325 mujeres dentro de los trabajadores no cualificados en servicios (excepto transporte) frente a 279.725 hombres. En este grupo se encuentran las personas empleadas de hogar, personal de limpieza, ayudantes de preparación de alimentos, todas ellas ocupaciones feminizada. 
    • Por el contrario, la presencia de mujeres en tres de los grupos de ocupación es prácticamente testimonial, como en el grupo de trabajadores cualificados de la construcción 1,21% en conductores y operadores de maquinaria móvil el 3,91% y 11,17% en ocupaciones militares. 
  • El empleo a tiempo parcial sigue siendo mayoritariamente femenino, casi el 75% (74,53%) del trabajo a tiempo parcial lo desempeñan mujeres 2.109.550 mujeres frente a 721.000 hombres (25,47%). 
    • El número de mujeres con contratos a tiempo parcial no deja de crecer y en cambio disminuye el número de hombres con esta modalidad de jornada, la brecha entre hombres y mujeres no deja de crecer. 
    • El trabajo a tiempo parcial no es voluntario. Más de la mitad de las mujeres ocupadas a tiempo parcial el 52,01% declaran no haber encontrado un trabajo a tiempo completo y casi el 60% (59,84%) en el caso de los hombres. 
    • Si el motivo de trabajar a tiempo parcial es el cuidado de niños, adultos, enfermos, incapacitados o mayores, un 14,11% son mujeres frente al 2,05% de hombres. Los permisos de maternidad se han reducido en el año 2018, 252.706 frente a 268.328 en el 2017, es decir 15.622 permiso menos, siendo 98,13 % disfrutados por la madre y el 1,87% por el padre u otro progenitor.
  • En 2018, año en el que permiso de paternidad se eleva a 5 semanas, el número de permisos se reduce en 9.101 permisos menos que en el año 2017. La diferencia entre los permisos de maternidad y paternidad se invierte, resultando que hubo 2.825 más permisos de paternidad que maternidad. 
    • Las excedencias por cuidado de familiar siguen aumentando en el 2018. El 89,45% de personas que se acogen a las excedencias por cuidado de familiar son mujeres frente al 10,55% de hombres. 
  • A pesar de la diferencia entre mujeres y hombres, en último año el aumento ha sido proporcionalmente mayor para hombres que para mujeres. 
    • Cuando son excedencias por cuidado de hijos, el 92,34% son mujeres frente al 7,66% de hombres. 
    • Si son excedencias por cuidado de familiar, la presencia de mujeres se reduce hasta el 83,66% y la de hombres aumenta hasta 16,34%. La temporalidad y el menor número de mujeres con contratos indefinidos siguen dificultando el mantenimiento en el empleo de mujeres. 
    • Más de medio millón de mujeres, 675.250 que hombres siguen sin tener acceso a un contrato indefinido. Las mujeres son 70,94% de los contratos temporales que se hacen para cubrir la ausencia total o parcial del trabajador. Y en los contratos indefinidos son 61,91% de los contratos discontinuos, aquellos que se desarrollan en determinados periodos al año, y por tanto cobran su salario solo en esos periodos que trabajan. 
  • La tasa de paro femenino es del 17,03% frente al 13,72% de los hombres. La brecha de género se mantiene. 
  • Hay 129.975 mujeres más en paro que hombres. Las tasas de paro femenino más elevadas se encuentran en Ceuta (36,18), Melilla (31,57%) y Extremadura (29,06%) y las más bajas País Vasco (9,84%), Navarra (11,09%) y Baleares (11,13%.). 
    • Por tramos de permanencia en el desempleo, las mujeres son igual o mayoría, siendo las mujeres 52,25% de los parados de larga duración los que llevan 2 años o más. De 966.714 mujeres que perciben alguna prestación por desempleo, el 40,23%, (388.956 mujeres) perciben la prestación por desempleo contributivo, mientras en el caso los hombres, siendo menos los beneficiarios de las prestaciones por desempleo, el 43,23% de ellos perciben la prestación contributiva por desempleo. 
    • Por tramos de edad, entre los 25 años y 54 años, hay más mujeres que hombres perceptores de la prestación por desempleo contributivo, situación que se invierten en los tramos 16 a 24 años, donde las mujeres no llegan al 40% (39,16%) de las personas perceptoras de la prestación y a partir de los 55 años desciende significativamente el número de mujeres que cobran la prestación contributiva.
  • La cuantía total media diaria de la prestación por desempleo contributivo para las mujeres se sitúan en 24,68€ diarios mientras para los hombres en 29,53€ es decir 4,85€ menos. 
    • Por tramos de edad, para las mujeres no supera en ningún caso los 26 € diarios. 
    • La brecha salarial en la cuantía de la prestación contributiva por desempleo se produce en todos los tramos de edad y va en progresión hasta alcanzar más del 24% a partir de los 55 años. 
  • Las 388.956 mujeres que perciben una prestación por desempleo contributivo, soportan una brecha del 16,42%, que suponen de media 1.458 € al año menos respecto a los hombres. 
    • Una cantidad de 567.097.848 euros que el Estado ahorra, como consecuencia de las discriminaciones que soportan las mujeres, las mujeres en el ámbito laboral. De los análisis de los datos de la EPA 2018, se desprende que la situación laboral de las mujeres no ha mejorado, las brechas se mantienen y crecen. 
  • En este año no se ha llegado a adoptar ninguna medida legislativa que revierta esta situación en materia de políticas de igualdad. 
  • El rechazo al proyecto de ley de los Presupuestos generales del Estado para 2019 ha supuesto una oportunidad perdida para acabar con las políticas de recortes y austeridad. 
  • El proyecto de ley preveía un aumento del permiso de paternidad de 5 a 8 semanas, con el fin de ir equiparando la maternidad y la paternidad y corregir el déficit en la asunción de las responsabilidades familiares por parte de los hombres. Desde UGT seguimos exigiendo al Gobierno, formaciones políticas y a las empresas la adopción de medidas eficaces y efectivas que para combatir la discriminación y la desigualdad en el empleo de las mujeres.

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