DATOS REFORMA LABORAL
Uno de cada cuatro contratos temporales es igual o inferior a 7 días
Tras siete años de la entrada en vigor de la reforma laboral del PP, el empleo es más inestable, menos seguro y peor pagado
La reforma laboral de 2012 ha aumentado la temporalidad en el empleo, la rotación de los contratos, la parcialidad involuntaria y la subcontratación.
El volumen de desempleo ha disminuido por factores externos y porque se han extendido los contratos de muy corta duración y los contratos a tiempo parcial, no porque se haya creado empleo digno.
Con la caída de la calidad en el empleo se ha profundizado en la devaluación salarial, han disminuido los ingresos del Estado y ha empeorado la salud y seguridad de los trabajadores y la calidad del desempleo.
UGT va a intensificar la movilización hasta que no se derogue la reforma laboral y se apruebe una contrarreforma que cree empleo digno y con derechos.
Hoy, 11 de febrero, se cumplen siete años de la entrada en vigor de la reforma laboral del Gobierno del PP del año 2012. En este aniversario, la Unión General de Trabajadores denuncia que esta reforma ha sido una de las grandes responsables de la degradación del empleo en España, ya que hoy los trabajos son de peor calidad, más inestables, menos seguros y peor pagados.
Los niveles de desempleo han descendido en estos siete años. Actualmente hay 1,4 millones de empleos más que a finales de 2011, justo antes de la reforma, y casi 2 millones de desempleados menos. Pero esto no es fruto de la reforma laboral, sino del aumento de la actividad económica, de la inyección monetaria del Banco Central Europeo (BCE) a partir de 2012 y la caída del precio del petróleo. Al contrario, la reforma laboral ha contribuido a aumentar los contratos de peor calidad.
En este sentido, la temporalidad, en lugar de reducirse, no ha dejado de crecer. En 2011, la tasa de temporalidad era del 25,1% y en 2018 ha sido del 26,8%. Además, la reforma no ha impulsado apenas los contratos indefinidos, sino que ha aumentado la rotación laboral. Los contratos temporales realizados son cada vez de más corta duración: uno de cada cuatro contratos temporales son de duración inferior a siete días y en 2018 hay 6,5% más de contratos de muy corta duración que en el año 2011.
Ahora hay más ocupados, pero se trabaja menos horas. Mientras los puestos de trabajo han crecido un 2,4%, las horas trabajadas lo han hecho solo un 0,6%. El número de horas trabajadas por cada empleo ha caído un 1,7%, como consecuencia del aumento del empleo a tiempo parcial.
Un contrato a tiempo parcial que se ha convertido en una importante fuente de precariedad laboral. Uno de cada tres empleos creados desde 2011 ha sido a tiempo parcial. Estos contratos han crecido a un ritmo tres veces superior que los de tiempo completo. Además, la mayoría del empleo a tiempo parcial en España es involuntario, porque los trabajadores no encuentran un trabajo a tiempo completo.
Es decir, la parcialidad no deseada o involuntaria, la intensa rotación laboral, los contratos de corta duración y la subcontratación como forma de organización empresarial para abaratar la mano de obra han sido los factores clave que ha traído la reforma laboral del Gobierno del PP para deteriorar al máximo el mercado de trabajo. Un deterioro que provoca, a su vez, menos ingresos, de impuestos y de cuotas a la Seguridad Social, que debilita y exprime nuestro Estado de Bienestar.
Se ha profundizado en la devaluación salarial
UGT recuerda que la reforma laboral de 2012 no solo ha precarizado el empleo y las condiciones de trabajo, sino también los salarios.
Desde el Gobierno del PP, ha existido una estrategia política deliberada dirigida a abaratar los costes laborales a las empresas, y la reforma laboral ha sido el principal instrumento para aplicarla, al desequilibrar de manera determinante la negociación colectiva en favor de las empresas.
Desde 2011, los salarios en España han perdido en torno a 5 puntos de poder de compra. Además, han sido los trabajadores y trabajadoras con menores rentas los que han sufrido, en mayor medida, la caída de los salarios reales en nuestro país. Mientras las empresas se han beneficiado de las políticas del gobierno, los trabajadores y trabajadoras han sido los grandes damnificados, algo que para UGT es intolerable.
UGT intensificará la movilización si no se deroga la reforma
La economía crece desde 2014, pero la riqueza que se genera no llega a los trabajadores y trabajadoras, ni a la gran mayoría social, pese a ser las principales víctimas de la crisis. La salida de esta crisis ha sido, a todas luces, injusta, donde esta mayoría social ha sufrido los efectos más severos de la depresión, las políticas de austeridad, los recortes y la devaluación salarial.
Una sustracción de derechos que ha tenido como gran culpable la reforma laboral del Gobierno del PP aprobada en el año 2012. Por ello, UGT reclama la necesidad imprescindible de derogar esta reforma con el fin de que el subempleo, la pobreza, la desigualdad y la precariedad sean la norma existente que imposibilite realizar un proyecto de vida y vulneren la salud y la seguridad de los ciudadanos.
El Gobierno y las organizaciones empresariales deben actuar y cumplir lo que ya han acordado con las organizaciones sindicales en el marco del diálogo social. Hay que pasar ya de las palabras a los hechos y aprobar una contrarreforma laboral que obligue a cambios sustanciales para recuperar y mejorar derechos sociales y laborales, repartir la riqueza y crear empleos dignos y de calidad.
Éste es uno de los objetivos fundamentales de los actos convocados por UGT, junto a CCOO, que se desarrollan con dos puntos de inflexión, el acto del pasado viernes, 8 de febrero, como punto clave, y el 8 de Marzo. Continuaremos intensificando la movilización si no se deroga la reforma laboral de 2012 para mejorar no solo la cantidad, sino la calidad de los empleos que se crean.
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