INFORME SITUACIÓN SISTEMA EDUCATIVO 2018


Crecimiento de la población 

Como ya se ha indicado anteriormente, por primera vez desde el año 2012, la población española residente ha presentado datos positivos de crecimiento, situándose, a 1 de enero de 2017, en 46.528.024 habitantes, 87.925 más que en la misma fecha de 2016. La mayoría de las Comunidades y Ciudades Autónomas han tenido un crecimiento relativo de la población, siendo las más destacadas Baleares (1,34 %), Canarias (0.92 %) y la Comunidad de Madrid (0,81 %). Los mayores descenso relativos se registraron en Castilla y León (-0,76 %), Extremadura (-0,69 %) y Asturias (-0,64 %). El aumento poblacional en España durante 2016 fue fruto de un saldo vegetativo (nacimientos menos defunciones) de 503 personas. Además se registraron 414.747 inmigraciones procedentes del extranjero y 327.342 emigraciones con destino al extranjero.


Del total de inmigrantes procedentes del extranjero, 62.573 personas (el 15,09 % del total) tenían nacionalidad española. En cuanto a la emigración, de las 327.342 personas que se marcharon al extranjero, 89.825 (un 27,44 % del total) eran españolas y, de estas, 69.211 habían nacido en España. 

A diferencia del año pasado, todas la Comunidades y Ciudades Autónomas presentan un saldo migratorio positivo en valores absolutos excepto Extremadura, Castilla la Mancha y Melilla En relación con el saldo migratorio interior, la Comunidad de Madrid, Baleares y Cataluña presentaron los saldos migratorios más elevados entre Comunidades Autónomas en 2016. 

En el extremo opuesto, Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha, presentaron los menores saldos migratorios interiores. El efecto conjunto del crecimiento vegetativo (nacimientos menos defunciones), el saldo migratorio con el extranjero (inmigración menos emigración) y el saldo migratorio con otras comunidades provocó que la población creciera durante el año 2016 en la Comunidad de Madrid, Cataluña, Canarias y Baleares por encima de los 15.000 habitantes (véase la tabla A1.1). 

Proyección demográfica 

El conocimiento de la evolución de la población en las próximas décadas constituye un elemento relevante en cualquier ejercicio de planificación, tanto si la realizan los poderes públicos como la que tiene lugar en el ámbito de la actividad privada. 

De acuerdo con las operaciones estadísticas de proyección de la población futura a largo plazo, realizadas por el Instituto Nacional de Estadística, si se mantienen las tendencias demográficas actuales, España perdería 5,3 millones de personas (11,6 %) de su población en cincuenta años. Así, en el año 2066 España contaría con 41 millones de residentes, frente a los 46,4 millones de personas de 2016. 

En la figura A1.6, en la que se representa la evolución de la población residente en España por tramos de edad desde el año 2016 al 2066, se puede observar que, en estas cinco décadas, es el grupo de población con más de 64 años el único que experimenta un incremento (aumenta en 5.492.015 personas, lo que supone un aumento relativo del 63.1 %). En el tramo de edad de 16 años a 64 años –edades correspondientes a la población activa– la población se reduce, entre 2016 y 2066, en 8.381.754 personas (reducción relativa del 27,7 %).


De mantenerse la evolución demográfica observada, las proyecciones efectuadas para los próximos quince años nos indican que la pérdida de población se extendería a la mayoría de las Comunidades Autónomas. 

Los mayores descensos, en términos relativos, se registrarían en Asturias (-11.1 %), Castilla y León (-10,7 %), Galicia (-8,5 %), Castilla La Mancha (-6,8 %), Cantabria (-6,3 %), Extremadura (-6,1 %), La Rioja (-5,1 %), Aragón ( -5,0 %), País Vasco (-3,7 %) y la Comunitat Valenciana (-2,3 %). Por el contrario, la población aumentaría en Melilla (13,5 %), Baleares (7,7 %), Canarias (5,6 %), la Comunidad de Madrid (5,2 %) y Ceuta (5,1 %) por encima del 5 %. Las comunidades que se mantendrían en 2031 próximas al 1 % serían: Andalucía (-0,2 %), Navarra (-0,1 %), Cataluña (0,2 %) y la Región de Murcia (1,3 %), (véase la figura A1.8).




Evolución de la población en edad escolarizable 

Cuando se analiza la evolución de la población en edad escolarizable en España –con edades comprendidas entre 0 y 24 años– en el periodo comprendido entre 2016 y 2031, se advierte una reducción del 10,1 %. Se pasa así de 11,4 millones de personas en 2016 a 10,3 millones de personas en 2031. 

Teniendo en cuenta que la reducción relativa proyectada para los próximos quince años de la población de todas las edades residente en España alcanza la cifra de 1,2 %, el peso de la población escolarizable, en relación con población total, disminuiría en dicho periodo alrededor de 2,2 puntos porcentuales, al pasar de un 24,7 % en 2016 a un 22,5 % en 2031. Si el análisis se efectúa por Comunidades y Ciudades Autónomas, resulta que la variación correspondiente a la población en edad escolarizable en el mismo periodo, entre 2016 y 2031, es negativa en todos los territorios, excepto en las Ciudades Autónomas de Ceuta y de Melilla, que verían incrementada su población menor de 25 años en un 1,5 % y 14,3 %, respectivamente. España verá reducida esta población en un 10,1 %. 

Finalmente, los mayores descensos en términos relativos, por debajo del 15 % se registrarían en Asturias (-19,3 %), Extremadura (-18,9 %), Castilla La Mancha (-18,7 %), Castilla y León (-18,5 %), Cantabria (-17,6 %) y Galicia (-16,9 %), (véase la figura A1.10). La población extranjera Distribución geográfica En el año 2017 la población extranjera residente en España ascendía a 4.419.621 personas, lo que representa el 9,5 % de la población total (46.528.024 residentes). 

De las personas con nacionalidad extranjera, 486.052 nacieron en España (representa el 1,0 % de la población total) y el resto, 3.933.569, nacieron en un país extranjero. Por otro lado, de las 42.108.403 personas residentes con nacionalidad española, 2.091.129 (4,5 % de la población total) nacieron en el extranjero. Algunas de ellas son el fruto del reciente proceso de adquisición de la nacionalidad española. Por ejemplo, en el año 2016 la cifra llegó a 93.760 personas41, (véase la figura A1.11). 

E1.1. Tasas netas de escolarización 

«La tasa neta de escolarización a una edad determinada es la relación porcentual entre el alumnado de la edad considerada1 y el total de población de esa misma edad»2 . Para su cálculo, se utiliza como fuente de datos de la población las «Estimaciones intercensales y Cifras de población» del Instituto Nacional de Estadística, de reciente publicación, que sustituyen a las Estimaciones de Población Actual. 

En la figura E1.2 se muestran las tasas netas de escolarización por edades para las diferentes enseñanzas del sistema educativo en España en el curso 2016-2017. Del examen de la figura cabe destacar lo siguiente: 
  • En el intervalo de edad comprendido entre los 3 y los 16 años está escolarizado más del 96 % de la población de dicha edad residente en España. Las tasas netas de escolarización en las edades comprendidas en los niveles de Educación Primaria (edades teóricas de 6 a 11 años) y Educación Secundaria Obligatoria (edades teóricas de 12 a 15 años) presentan valores por encima del 97 % o muy cercanos a este valor, muy próximos a una plena escolarización, lo que se corresponde con el carácter básico y obligatorio de estas enseñanzas. 
  • A la edad de 17 años –edad teórica que corresponde al segundo curso de la educación secundaria postobligatoria– la tasa neta de escolarización baja al 89,7 %. 

La distribución con respecto a la población residente en España de 17 años de edad, es la siguiente: el 71,1 % está escolarizada en educación secundaria postobligatoria, el 8,7 % aún está escolarizada en alguno de los cuatro cursos de Educación Secundaria Obligatoria, el 0,8 % cursa alguno de los Programas de Cualificación Profesional Inicial, el 5,4 % cursa el primer curso de alguno de los Ciclos de Formación Profesional Básica, el 1,3 % en Enseñanzas Profesionales de Música y Danza, el 0,6 % cursa nivel avanzado de Idiomas, el 0,7 % Educación Especial y el 1,0 % educación para adultos. 

Del 71,1 % de la población de 17 años escolarizada en educación secundaria postobligatoria, el 59,8 % está matriculado en Bachillerato y el 11,2 % en algún Ciclo Formativo de Grado Medio (Formación Profesional, Enseñanzas Profesionales de Artes Plásticas y Diseño y enseñanzas deportivas) lo que refleja la predilección de los estudiantes y de sus familias por las enseñanzas académicas. 

La descripción de las tasas de idoneidad y de las transiciones hacia las enseñanzas postobligatorias, que se efectúa más adelante, proporciona la base empírica a esta conclusión. 

Este comportamiento tan marcado del sistema educativo español constituye, a la vista del análisis comparado en el marco de la Unión Europea, una de sus anomalías − En lo que concierne a la tasa neta de escolarización a los 18 años de edad se observa que esta se reduce en 10 puntos, baja al 79,3 % de la población, distribuyéndose de las siguiente manera: el 33,0 % en educación universitaria (CINE 5 y 6), el 17,5 % continúa estudiando Bachillerato (16,6 % presencial y 0,9 a distancia), el 14,3 % algún Ciclo Formativo de Grado Medio, el 5,5 % estudia Ciclos Formativos de Grado Superior, y el 3,9 % educación para personas adultas. 

Cuando se amplía la visión a los países de la Unión Europea y se centra la mirada sobre el tramo o intervalo de edad para el cual el porcentaje de la población escolarizada es superior al 90 %, se advierte que, si se colocan los países en orden descendente, a partir del valor del extremo superior de este intervalo, España se encuentra en el segundo grupo de países –junto con Alemania, Bélgica, Dinamarca, Estonia, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Países Bajos, Portugal, República Checa y Reino Unido– en el que los 17 años es la edad máxima en la que el porcentaje de población escolarizada es superior al 90 %. 

El primer grupo de países, formado por Eslovenia, Finlandia, Irlanda, Letonia, Polonia, y Suecia consigue escolarizar a más del 90 % de la población de hasta 18 años (figura E1.3). No obstante lo anterior, la longitud de este intervalo depende también de la edad de inicio de la educación obligatoria o, cuando menos, educación gratuita. Así, hay países que optan por empezar antes la escolaridad y otros que prefieren prolongar las enseñanzas obligatorias hasta los 18 años. 

Desde 1980 se viene observando que en algunos sistemas educativos europeos se tiende hacia la prolongación de la escolaridad obligatoria como una forma de garantizar, en primer lugar, la reducción de las tasas de abandono escolar temprano y la adquisición de las competencias clave. 

En segundo lugar, se quiere asegurar que todo el alumnado obtenga un certificado de educación o de cualificación básica. En España, al igual que en la media de la Unión Europea, este periodo de escolarización obligatoria comprende desde los 6 hasta los 16 años de edad. Sin embargo, en Alemania, Bélgica, Países Bajos y Portugal, la duración de la educación obligatoria se ha prolongado hasta que el estudiante cumple los 18 años, lo cual ha supuesto, en estos países, una escolarización superior al 90 % de la población con 17 años de edad (véase la figura E1.3).


En la figura E1.4 se muestran, para el curso 2016-2017, las tasas netas de escolarización a los 3 años –edad teórica de inicio del segundo ciclo de Educación Infantil en España–, a los 16 años –edad teórica de inicio de la educación secundaria postobligatoria (Bachillerato o Grado Medio de Formación Profesional)– y a los 17 años, en cada una de las Comunidades y Ciudades Autónomas. 

Ordenadas las diferentes Comunidades y Ciudades Autónomas, de mayor a menor, según la tasa neta de escolarización a los 17 años, bien sea en educación obligatoria, bien en educación postobligatoria o bien en educación para adultos, resulta que el País Vasco ocupa el primer puesto, con una tasa neta de escolarización a los 17 años del 97,7 %: el 6,6 % escolarizado en educación obligatoria, el 90,8 % en educación postobligatoria y el 0,3 % en educación para adultos. 

Además del País Vasco, las Comunidades Autónomas que escolarizan a más del 90 % de la población de 17 años son Castilla y León, Cantabria, Galicia, La Rioja, Aragón, la Comunidad de Madrid y Navarra. Este indicador constituye, junto con la tasa de idoneidad a los 17 años (indicador que será analizado posteriormente), un buen predictor inverso de la tasa de abandono educativo temprano. 

Por otra parte, todas las Comunidades Autónomas y la Ciudad Autónoma de Ceuta consiguen escolarizar a más del 90 % de la población de 3 años. Sin embargo, Melilla presenta una tasa neta de escolarización a los 3 años del 85,9 %, más de 10 puntos por debajo de la media de España. 

En lo que respecta a la edad de los 16 años, exceptuando las Islas Baleares (con una tasa neta de escolarización del 86,9 %) y Melilla (con el 86,2 %), el resto de las Comunidades y Ciudades Autónomas escolarizan a más del 90 % de la población de 16 años. E1.2. Tasas de idoneidad y la repetición de curso 

Tasas de idoneidad 

La tasa de idoneidad para una edad determinada es el porcentaje de alumnado de la edad considerada que se encuentra matriculado en el curso teórico correspondiente a esa edad. Es, pues, un indicador inverso de la progresión sin retrasos del alumnado por el sistema reglado: cuanto menor es la tasa de idoneidad a una determinada edad, mayor es el grado de retraso escolar de la población correspondiente. Se aplica habitualmente a edades comprendidas entre el inicio del tercer ciclo de la Educación Primaria (10 años) y la edad teórica de comienzo del cuarto y último curso de la Educación Secundaria Obligatoria (15 años).

Las tasas de idoneidad para las edades de 10, 12, 14 y 15 años, en las distintas Comunidades y Ciudades Autónomas, referidas al curso 2016-2017, se representan en la figura E1.5 en el conjunto del territorio nacional, como puede comprobarse en la figura, las tasas de idoneidad van descendiendo desde el 89,7 % a los 10 años hasta el 68,6 % a la edad de 15 años. 

Eso significa que el 32,4 % del alumnado español de 15 años no está matriculado en el curso que le correspondería por su edad sino en alguno anterior. A la edad de 12 años, que es la edad teórica de inicio del primer curso de Educación Secundaria Obligatoria, la tasa de idoneidad es del 85,7 %, por tanto, el 14,3 % del alumnado del conjunto del territorio nacional no inicia los estudios de secundaria a la edad adecuada. 

Uno de los factores que influye en estos niveles de las tasas de idoneidad es la repetición de curso, produciendo un retraso acumulado a medida que los alumnos transitan por el sistema reglado. 

En la citada figura aparecen también las Comunidades Autónomas ordenadas en sentido decreciente de su tasa de idoneidad a los 15 años. Cataluña (79,2 %) y el País Vasco (76,2 %) son las dos Comunidades Autónomas que presentan los valores más altos de este indicador. 

Cuando se comparan las variaciones en las tasas de idoneidad entre los 10 y los 12 años, y entre los 12 y los 14, se advierte una notable aceleración de los retrasos en el primer tramo de la Educación Secundaria Obligatoria con respecto al tercer ciclo de la Primaria, lo que es compatible con dificultades de adaptación a la nueva etapa educativa. 

Por último, la figura E1.6 presenta, para al curso 2016-2017, las tasas de idoneidad a la edad de 15 años, desagregadas por sexo, en cada una de las Comunidades Autónomas. Como se puede apreciar, las tasas de idoneidad a los 15 años de las mujeres son superiores a las de los hombres en cualquiera de las Comunidades Autónomas. La diferencia es de 8 puntos porcentuales en el conjunto del territorio nacional (83,2 % para las mujeres frente al 75,2 % de los hombres).

Esta circunstancia es coherente con el mejor desempeño escolar que, por término medio, presentan las mujeres, particularmente en la adolescencia. La mayoría de las Comunidades Autónomas presentan la tasas de idoneidad de las mujeres a los 15 años superiores al 70 %. Las Comunidades Autónomas de Andalucía y la Baleares tienen un 69,6 % y 69,2 %, el resto, Canarias (68,3 %), Castilla La Mancha (67,4 %), la Región de Murcia (65,3 %), Aragón (62,1 %), Melilla 61,4 %) y Ceuta (60,2 %). son las Comunidades y Ciudades Autónomas en las que las mujeres presentan los porcentajes más bajos. 

La repetición de curso La tasa de repetición, es decir, el porcentaje del alumnado que no promociona de un curso al siguiente, es un indicador que, al igual que la tasa de idoneidad, permite caracterizar el tránsito de los estudiantes por su escolarización. 

No obstante, aporta una información detallada sobre qué cursos presentan una mayor dificultad para los estudiantes ante la promoción. En este apartado se analizan los resultados de ámbito nacional disponibles para las etapas de Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato. 

Además, se efectúa una comparación con los países de la Unión Europea. En las Comunidades y Ciudades Autónomas En las figuras E1.7, E1.8 y E1.9 se muestra, respectivamente, el porcentaje de alumnado que no promociona en cada uno de los cursos de Educación Primaria, de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato por Comunidades y Ciudades Autónomas en el curso 2016-1017. 

Para el periodo escolar 2016-1017, con respecto al total de estudiantes matriculados en España en Educación Primaria, el 2,5 % son repetidores, cinco décimas porcentuales menos que en el curso anterior (véase figura E1.7). Desglosado por cada uno de los ciclos, se tiene que la tasa de repetición es, en cualquiera de ellos, baja y similar: 2,9 % en el primer ciclo, 2,3 % en segundo ciclo y 2,4 % en el tercer ciclo. Por Comunidades Autónomas, Cataluña (0,9 %), Cantabria (1,9 %), País Vasco (2,1 %), Asturias y Galicia (2,3 %), Andalucía (2,4 %), Navarra (2,6 %), Canarias y la Comunitat Valenciana (2,8 %), son las Comunidades Autónomas que presentan un porcentaje de repetición de curso en esta etapa educativa por debajo del 3 %.

La finalización del cuarto curso de Educación Secundaria Obligatoria 

En la tabla E2.3 se muestra que en el curso 2015-2016, de los 358.094 alumnas y alumnos que finalizaron los estudios de cuarto curso de Educación Secundaria Obligatoria, 225.656 lo hicieron en centros públicos (63,0 %) y 132.438 en centros de titularidad privada (37,0 %). En el conjunto del territorio nacional, el 86,7 % de los estudiantes evaluados en cuarto curso obtuvo el graduado en Educación Secundaria. 

En todas las Comunidades y Ciudades Autónomas este porcentaje es mayor en los centros privados –tanto concertados como no concertados– que en los centros públicos (véase la figura E2.3). Considerando el porcentaje de alumnado que finaliza la etapa de Educación Secundaria Obligatoria por Comunidades y Ciudades Autónomas, se observa que todas están en el intervalo cuyos extremos son la Comunidad Autónoma del País Vasco (92,0 %) y la Ciudad Autónoma de Melilla (82,3 %). 

Como se muestra en la tabla E2.4, el porcentaje de alumnos que finalizaron en 2016 la etapa de Educación Secundaria Obligatoria con todas las materias superadas con respecto a los evaluados es del 70,6 % y el 16,1 % con alguna materia pendiente. Destaca el elevado porcentaje de alumnado que promociona en los centros privados no concertados cuyo valor es del 88,9 % con todas las materias aprobadas, siendo el 7,8 % los que lo hacen con alguna materia no superada.





Estos porcentajes desagregados por el tipo de promoción quedan representados en la figura E2.4. Las Comunidades y Ciudades Autónomas que presentan mayores porcentajes de alumnado que promociona, son las que a su vez tienen mayores porcentajes de alumnado que finaliza la etapa con todas las materias superadas, destacando Cataluña (89,0 %), Navarra (74,5 %), Pais Vasco (73,1 %) y Aragón (70,3 %). 

En la figura E2.5 se muestran, ordenadas de mayor a menor, las Comunidades Autónomas según la tasa bruta de población4 que finaliza la Educación Secundaria Obligatoria y que está en condiciones, por tanto, de continuar los estudios de educación secundaria superior –Bachillerato o Enseñanzas Profesionales de Grado Medio–. 

Se advierte en ella el valor relativamente bajo de dicha tasa (79,3 %) al tratarse de una etapa obligatoria. En la citada figura se aprecia asimismo que las mujeres presentan mejores resultados que los hombres en este indicador en todas las Comunidades y Ciudades Autónomas. 

En el conjunto del territorio nacional existe una diferencia a favor de las mujeres de 10,4 puntos porcentuales. Por Comunidades y Ciudades Autónomas cuatro de ellas no superan la tasa del 80 % entre las mujeres: Melilla (71,1 %), Ceuta (74,9 %), Baleares (75,9 %) y la Comunitat Valenciana (79,9 %). En el caso de los hombres, tan solo cuatro comunidades son las que superan ese mismo porcentaje entre los hombres: Asturias (85,7 %), Cantabria (83,6 %), País Vasco (83,0 %) y Navarra (80,6 %).

La evolución de los resultados 

En el periodo comprendido entre los cursos 2011-2012 y 2015-2016, el número de estudiantes que obtiene el título de Graduado en Educación Secundaria se incrementó en un 2,5 %. 

El aumento de dicho número en este periodo fue del 12,0 % por la vía de la finalización de los estudios de las enseñanzas ordinarias de ESO. Se aprecia un descenso notable en la obtención del título por la vía de la educación para personas adultas situándose en un -30,7 % en el mismo periodo. 

En el curso 2010-2011 se alcanzó el mayor número de alumnos que obtuvo el título por esta vía (60.463). Para el curso 2015-2016 arroja la cifra de 37.747 inciándose un descenso progresivo en los cursos posteriores que arrastra al total de alumnos graduados que disminuye en el conjunto de la serie estudiada. 

La graduación en Educación Secundaria, debido a la superación de los módulos voluntarios de los Programas de Cualificación Profesional Inicial, se inició en el curso 2008-2009 alcanzando la mayor cifra de alumnos graduados por esta vía en el curso 2013-2014 con 14.709 alumnos, para desaparecer en el curso 2015-2016 (véase figura E2.7). 

La figura E2.8 refleja la evolución de las tasas brutas de graduados en Educación Secundaria, desde el curso 2006-2007 al 2015-2016, de cada una de las tres vías antes consideradas: enseñanzas ordinarias de Educación Secundaria Obligatoria, Educación Secundaria para Personas Adultas y superación de los módulos voluntarios de los Programas de Cualificación Profesional Inicial. 

Estas tres tasas no se pueden sumar, ya que las edades teóricas de la población a la que se hace referencia en cada caso son diferentes (16 años para las enseñanzas ordinarias, 17 años para los PCPI y 18 años para las enseñanzas para adultos). 

En el periodo analizado se aprecia cómo la curva de titulaciones de la población que consigue el Graduado en Educación Secundaria por la vía de la Educación Secundaria para Personas Adultas ha iniciado un descenso desde el curso 2010-2011, donde alcanzó el mayor valor con una tasa del 13 %, para ir decreciendo hasta el 9,2 % del curso 2015-2016. 

Considerando únicamente el alumnado que finaliza las enseñanzas ordinarias de Educación Secundaria Obligatoria, se observa que, con respecto a la población de 16 años, el porcentaje de alumnos que se graduó en ESO en el curso 2015-2016 aumentó un 1,7 % con respecto al curso anterior, siendo el incremento del 4,2 % en los últimos cinco cursos. E2.3. 

La titulación en Bachillerato La finalización del Bachillerato 

El número de estudiantes que al término del curso 2015-2016 consiguió el título de Bachillerato, en sus diferentes modalidades y regímenes de asistencia (ordinario, para adultos o nocturno y a distancia), se muestra en la tabla E2.6. 

El número total de estudiantes que obtuvieron la titulación de Bachiller en 2016 fue de 246.203, de los cuales el 93,6 % lo hicieron a través del régimen ordinario, el 3,3 % por medio de las enseñanzas para personas adultas y el 3,1 % restante mediante la fórmula a distancia. La distribución por modalidad de Bachillerato de los titulados en 2016 fue muy similar tanto en la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales como en la de Ciencias y Tecnología, y supuso el 48,1 % y el 47,0 %, respectivamente. 

La cifra de los titulados en la modalidad de Artes supuso el 4,5 % del total. De los 238.560 estudiantes que finalizaron el Bachillerato en régimen presencial en 2016, el 69,9 % estaba matriculado en centros públicos (166.710 estudiantes). El 54,8 % de esos estudiantes eran mujeres (130.687), (véase la tabla E2.7).






En la figura E2.9 se muestra el porcentaje del alumnado que promociona de segundo curso de Bachillerato –y que, por tanto, está en condiciones de obtener el título de Bachillerato–, para cada una de las comunidades, diferenciándose en ellas los datos según la titularidad del centro. En el conjunto del territorio nacional, el 80,9 % del alumnado evaluado en segundo curso de Bachillerato en régimen ordinario obtiene el título –el 91,2 % de alumnos de centros privados y el 77,1 % de centros públicos–. 

En todas las Comunidades Autónomas el porcentaje de alumnado que finaliza los estudios de Bachillerato con respecto a los alumnos evaluados es mayor en los centros privados que en los centros públicos. La diferencia entre los porcentajes de promoción de segundo curso de Bachillerato, atendiendo a la titularidad del centro, supera los 20 puntos en Ceuta (25,6), Melilla (21,1), y Madrid (21,6). En el Pais Vasco, Baleares y Navarra la diferencia es de 5,1 puntos, 6,6 puntos y 7,4 puntos respectivamente. En las restantes comunidades sus valores oscilan entre 10 y 16 puntos

La figura E2.10 representa el porcentaje de alumnado que finaliza los estudios de Bachillerato en régimen ordinario, según las distintas modalidades, en el curso 2015-2016. En ella se observa que, en todas las Comunidades y Ciudades Autónomas, los porcentajes más elevados de promoción fueron para el alumnado de la modalidad de Ciencias y Tecnología, seguidos por la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales y, finalmente, la modalidad de Artes, excepto en Cantabria, siendo los valores para dichas modalidades, en el conjunto del territorio nacional, del 85,1 %, el 78,5 % y el 66,7 %, respectivamente. 

Es posible referir los análisis a las tasas brutas de la población que en 2016 obtuvo el título de Bachillerato. Esto es, a la relación porcentual entre los alumnos que finalizan estos estudios –cualquiera que sea su edad– y la población de 17 años, que es la edad teórica del comienzo del segundo curso y último de estos estudios. En la figura E2.11 aparecen ordenadas las Comunidades y Ciudades Autónomas con arreglo al valor de este indicador. En el conjunto de España esa tasa bruta, en 2016, es para las mujeres (65.0 %) superior a la de los hombres (50,4 %), lo que supone una diferencia de 14,6 puntos porcentuales. 

Asimismo, en la figura E2.11 se aprecia un comportamiento muy diferenciado entre las Comunidades Autónomas en cuanto a los valores de esta tasa bruta en 2016. Así, el País Vasco (71,1 %), Asturias (66,9 %), la Comunidad de Madrid (66,1 %) Castilla y León (63,7 %), Cantabria (62,7 %) y Galicia (62,4 %), presentan unas tasas superiores al 60 %; Islas Baleares (43,0 %), Ceuta (44,8 %) y Melilla (45,6 %), presentan los porcentajes más bajos mientras que el resto de la Comunidades Autónomas se sitúan entre el 50 % y el 60 %. 

La evolución de los resultados En la figura E2.12 se muestra la evolución del número de nuevos bachilleres entre los cursos académicos 2011-2012 y 2015-2016. Se observa que, en este periodo, se experimentó un incremento del 9,6 % en el número de estudiantes que obtuvieron el Título de Bachiller. Hubo 19.503 titulados más, un incremento del 8,9 %, por la finalización de los estudios de las enseñanzas ordinarias de Bachillerato, y 2.106 más por la vía de los que lo obtuvieron a través de las enseñanzas a distancia, un incremento del 38,0 %, este dato es revelador de la tendencia al alza en la formación mediante las tecnologías de la información y la comunicación

Al objeto de poder expresar gráficamente la evolución del número de alumnos que finalizan los estudios de Bachillerato, se representa en la figura E2.13 el índice de variación del número de titulados en Bachillerato en el curso 2015-2016 con relación al curso 2011-2012 –considerado como 100– en cada una de las Comunidades y Ciudades Autónomas, teniendo además en cuenta el sexo del estudiante. 

En la figura se puede apreciar que el aumento relativo de bachilleres, tanto en hombres como en mujeres, es muy similar: 110,2 y 109,2 respectivamente. Lo más destacable en este sentido son los resultados de Melilla y Aragón, con un aumento relativo más elevado entre los hombres con una diferencia de 12,2 puntos que las mujeres en ambos casos, y en el otro sentido la Comunidad Autónoma de Cantabria con una diferencia a favor de las mujeres de 8,1 puntos y la Región de Murcia con el 6,8 puntos. La figura E2.14 amplía el intervalo de observación y refleja la evolución de las tasas brutas de estudiantes titulados en Bachillerato en el decenio comprendido entre el curso 2006-2007 al 2015-2016, según el sexo. 

En el periodo analizado se aprecia que, tras un comportamiento estable o ligeramente oscilante, se produce, a partir del curso 2008-2009, un incremento progresivo de las tasas brutas de la población que consigue el título de Bachiller. En el análisis de los diez últimos cursos, se observa que la tasa bruta de población que consigue el título de bachiller, ha sufrido un incremento en hombres y mujeres de 13,6 y 12,7 puntos respectivamente comparando los valores registrado en el curso 2006-2007 con los recogidos en el curso 2015-2016. E2.4. 

La Formación Profesional Básica La superación de los Ciclos Formativos de Formación Profesional Básica En la tabla E2.8 se muestran las cifras de la distribución de los alumnos que terminaron los Ciclos Formativos de Formación Profesional Básica, en 2016, por sexo y titularidad del centro. 

De los datos expuestos en la tabla se puede inferir que el 70,3 % fueron hombres y que el 74,3 % de los estudiantes se matricularon en centros públicos. En la figura E2.15 se muestran las Comunidades y Ciudades Autónomas –excepto Cataluña–, ordenadas de mayor a menor, según el número de alumnos que terminan los Ciclos Formativos de Formación Profesional Básica en el curso 2015-2016. 

Como se puede observar, destacan con más de 1.000 alumnos que terminan Andalucía (2.854), la Comunitat Valenciana (2.284), la Comunidad de Madrid (1.339) y el País Vasco (1.144). Las Comunidades y Ciudades Autónomas que registraron unas cifras por debajo de 200 alumnos son Cantabria (186), Asturias (132), Melilla (74) y Ceuta (62), quedando el resto entre los 214 y 809.






La Formación Profesional Básica por familias profesionales En relación con los alumnos que terminaron los Ciclos Formativos de la Formación Profesional Básica por familias profesionales, se observa, a partir de los datos de la figura E2.16, que se supera el umbral del 10 % del alumnado en la familias de Administración y Gestión (20,5 %), Informática y Comunicaciones (15,0 %) y Electricidad y Electrónica(14,0 %). Entre las mujeres, las familias con mayor porcentaje son, Administración y Gestión (35,7 %), Imagen Personal (22,2 %) y Hostelería y Turismo (11,1 %). Con relación a los hombres, el mayor número se da en las familias de Electricidad y Electrónica (19,3 %), Informática y Comunicaciones (17,2 %) y Administración y Gestión (14,0 %).







E4.1. Objetivos ET 2020 principales Abandono temprano de la educación y la formación 

La tasa de abandono temprano de la educación y la formación mide la proporción de jóvenes de 18 a 24 años cuya titulación máxima alcanzada es la de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria (CINE 2) y no continúan estudiando o formándose –en las cuatro semanas anteriores a la realización de la encuesta– para alcanzar el título de Bachiller o de Técnico de Formación Profesional (CINE 3), o niveles equivalentes en los otros sistemas educativos europeos. La fuente de datos la proporciona Eurostat a partir de la encuesta de población activa (LFS). 

Desde el año 2009, este indicador se basa en promedios anuales de los datos trimestrales en lugar de tener en cuenta únicamente los datos del segundo trimestre del año. En España la tasa de abandono temprano de la educación y formación –en adelante, abandono educativo temprano– alcanzaba el 19,0 % en 2016, cifra lejana del punto de referencia del 10 % establecido con carácter general en la estrategia europea ET 2020 y a 4 puntos porcentuales por encima del nivel específicamente asignado a España (15 %) para el año 2020. 

La reducción del elevado porcentaje de abandono educativo temprano es uno de los principales retos de nuestro sistema educativo. 

Tal y como se expresa en el Monitor de la Educación y la Formación, la finalización de la enseñanza secundaria superior es un requisito para mejorar el acceso al mercado laboral y evitar la pobreza y la exclusión social. Los jóvenes que abandonan el sistema educativo sin completar este nivel de formación y que no continúan su educación y formación formal o no formal se encuentran en una situación de riesgo al no estar suficientemente preparados para afrontar los desafíos de las sociedades modernas europeas, en las que existen mayores niveles de educación y formación continua, y de sus mercados laborales. 

Incluso cuando se integran en el mercado de trabajo, estos jóvenes tiene menos oportunidades tanto para su desarrollo personal como para participar activamente en la sociedad. Los bajos niveles de formación y de resultados escolares son rasgos de pobreza educativa. 

Resultados en el ámbito nacional 

En este apartado se analizan, junto con las cifras totales del abandono educativo temprano para España, los valores desagregados con respecto a las siguientes variables: distribución geográfica (Comunidades y Ciudades Autónomas); sexo (hombres/mujeres); nacionalidad (nacionales/extranjeros); nivel de formación (con/sin título de Graduado en Educación Secundaria); situación laboral (ocupado/no ocupado); y edad (desde los 18 hasta los 24 años, año a año). 

En la figura E4.2, donde se muestran las Comunidades y Ciudades Autónomas en orden creciente de su correspondiente tasa de abandono educativo temprano en 2017, se observa una considerable dispersión geográfica de los resultados, con diferencias entre Comunidades Autónomas que sobrepasan la existente a este respecto entre España (18,3 %) y la Unión Europea (10,6 %). 

La diferencia entre la tasa de abandono del País Vasco (7,0 %) y la de Melilla (27,5 %), las comunidades situadas en los extremos, son 20,5 puntos porcentuales. Las dos comunidades con menor porcentaje de abandono, País Vasco (7,0 %) y Cantabria (8,9 %), presentan tasas por debajo del objetivo europeo establecido para 2020 (10 %). Navarra (11,3 %) y la Rioja (12,9 %) la Comunidad de Madrid (13,9 %), Asturias (14,8 %) y Galicia (14,9 %), lograron en 2017 el nivel de referencia asignado a España para el horizonte 2020. 

En el otro extremo de la gráfica se sitúan las comunidades más alejadas de lograr el objetivo para España y, por encima de un 20 %, a más de 5 puntos porcentuales, se encuentran: Melilla (27,5 %), Baleares (26,5 %), Andalucía (23,5 %), la Región de Murcia (23,1 %), Castilla la Mancha (22,1 %), la Comunitat Valenciana (20,3 %) y Ceuta (20,1 %). La figura E4.2 muestra los valores de la tasa de abandono educativo temprano, correspondientes al año 2017 en cada una de las Comunidades y Ciudades Autónomas, desagregados según el sexo. 

Se observa que los hombres presentan tasas de abandono superiores a las de las mujeres en todos los casos, excepto en Melilla. Mientras que la media en España de las mujeres (14,5 %) ya está ligeramente por debajo del nivel del objetivo ET2020, la de los hombres (21,8 %) está lejos de alcanzarlo. 

La brecha de género en este país (7,3 puntos porcentuales) es considerablemente mayor que la de la media de la Unión Europea (3,2 puntos porcentuales). Las figuras E4.3 y E4.4 muestran la incidencia del nivel de estudios de la madre en las cifras de los jóvenes españoles de 18 a 24 años que abandonan prematuramente la educación y la formación en 2017. 

Su análisis permite concluir que la probabilidad de abandono temprano aumenta notablemente de forma inversamente pro porcional al nivel de estudios de la madre, de tal modo que los jóvenes cuyas madres tienen un nivel de estudios correspondientes a CINE 0-1 presentan una tasa de abandono diez veces mayor que aquellos cuya madre tiene una formación correspondiente a CINE 5-8. 

La tasa de abandono de los jóvenes con madres cuyo máximo nivel de estudios es el de primaria o inferior (CINE 0-1) alcanza el 39,0 % (47,7 % en el caso de los varones y 28,6 % en el de las mujeres). Esta cifra desciende paulatinamente según aumenta la formación de la madre. Cuando la madre posee estudios de enseñanza obligatoria como máximo (CINE 2), la media de la tasa es el 20,7 % (26,4 % en el caso de los hombres y 14,7 % en el de las mujeres). 

En el caso de que el nivel máximo de estudios de la madre es el de educación secundaria postobligatoria (CINE 3), el porcentaje de abandono educativo temprano es 11,3 % (14,8 % de hombres y 7,6 % de las mujeres). Mayor aún es la disminución, hasta el 3,8 % (el 4,9 % de los varones y el 2,6 % para las mujeres) de los casos, cuando la madre tenía estudios superiores (CINE 5-8). 

También se puede observar en la figura E4.3 que, teniendo en cuenta que las mujeres presentan tasas más bajas de abandono en todos los casos, la brecha de género aumenta a medida de que el nivel de estudios de la madre es inferior: 2,3 puntos porcentuales para CINE 5-8, 7,2 puntos para CINE 3, 11,7 puntos para CINE 2 y 19,1 puntos para CINE 0-1. Por su parte, la figura E4.4 muestra la distribución de la población de 18 a 24 años de edad residente en España según diez categorías disjuntas, atendiendo a si el joven abandona prematuramente la educación (18,3 %) o continúa sus estudios (81,7 %) y al nivel de estudios de la madre. 

En la citada figura se puede apreciar, por ejemplo, que ese 18,3 % de los jóvenes de 18 a 24 años que abandonan prematuramente la educación y la formación se distribuye entre un 10,0 % cuando la madre posee estudios básicos (3,7 % estudios primarios y 6,3 % estudios secundarios inferiores), un 3,4 %, cuando la madre posee estudios superiores (2,4 % estudios secundarios postobligatorios y 1,0 % estudios terciarios) y un 4,9 % cuando no consta el nivel de estudios de la madre. 

La nacionalidad de los jóvenes es otra variable que influye significativamente en los resultados de abandono educativo temprano. La figura E4.5 muestra la desagregación de las cifras totales del abandono educativo temprano en España en función de la nacionalidad –española o extranjera– atendiendo, por una parte, a la titulación y, por otra, a la situación laboral.

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