UGT DENUNCIA PRECARIEDAD EN EL SECTOR DEL TURISMO
En el Día Mundial del Turismo, que se celebra hoy, 27 de septiembre, la Unión General de Trabajadores reclama un modelo turístico sostenible y de calidad, que reconduzca la situación actual del sector turístico que, debido a la masificación y la apuesta por modelos low cost, está marcada por la explotación laboral, el fraude fiscal, la degradación de los entornos urbanos, y la sobreexplotación de los espacios naturales.
Para el Sindicato, es preciso un cambio de políticas, ya que no se trata de contabilizar, simplemente, cuántas personas visitan nuestro país, sino qué es lo que aportan. Esta situación tiene un impacto directo y negativo sobre la calidad de los servicios y el empobrecimiento de la actividad turística. La sobresaturación y la aglomeración han generado daños en el bienestar y la convivencia en determinadas poblaciones.
Hace casi dos años que UGT, con la campaña “La Cara B del Turismo”, conjuntamente con otras organizaciones del sector, denunció el agotamiento de nuestro modelo turístico y el modelo de explotación laboral sobre el que se sostiene. Desde entonces hasta hoy, la situación no mejora: aunque el gasto medio por turista ha registrado un alza interanual del 9,2%, se ha producido una caída en la llegada de turistas del 4,9% (julio 2018).
El sector turístico, con aportaciones esenciales a nuestro PIB, no puede sostenerse sobre una progresiva precarización de las condiciones de trabajo de los profesionales del sector, como consecuencia de la reforma laboral, la rebaja de las condiciones sociales a través de la externalización de actividades y de las empresas multiservicios y los contratos a tiempo parcial de muy corta duración; el incremento de la temporalidad con el acortamiento de las aperturas de hoteles de temporada, la sobrecarga de trabajo y el abuso y aumento de los riesgos para la salud.
UGT apuesta por desarrollar un cambio de modelo, una estrategia turística común, a través de una reconversión integral del sector con implicación de las Administraciones Públicas, y desde el diálogo social, cambiando el actual modelo de sol, playa y ocio a bajos precios, que da evidentes síntomas de agotamiento, y sustituirlo por otro en el que prime un turismo de calidad, de alto valor añadido, desestacionalizado, que haga uso eficiente y eficaz de las nuevas tecnologías, y que apueste por la formación de sus trabajadores y trabajadoras y la mejora de las condiciones laborales.
En este sentido, es necesario:
- Potenciar elementos como el patrimonio cultural e histórico de nuestro país, el paisaje, la biodiversidad o la gastronomía.
- Impulsar la estabilidad laboral de los trabajadores y trabajadoras del sector turístico mediante una interrelación eficaz y efectiva de las diferentes modalidades de turismo (sol y playa, cultural, verde, activo y turismo enfocado a la diversidad funcional) que favorezca la profesionalización en un marco de ruptura de la estacionalidad.
- Repercutir beneficios empresariales en incrementos salariales de los trabajadores y trabajadoras del sector. Un trabajador motivado es un trabajador justamente remunerado.
- Inversión real en formación de trabajadores que aporte calidad y cualificación al propio sector. Potenciar, entre otras, la figura del trabajador fijo discontinuo, que combina la temporalidad del sector con las garantías jurídicas de continuidad en el empleo.
- Desterrar la cultura de la externalización de servicios como vía para la precarización de las condiciones laborales.
- Sin renunciar al turismo de sol y playa, pues tenemos gran experiencia y recorrido en este segmento, el sector debe diversificarse con propuestas de calidad que ofrezcan otras alternativas: culturales, gastronómicas, rurales, organización eventos...
- Es decir, captación de nuevos nichos de mercado que generen una mayor afluencia de turistas (y con otros perfiles) y un incremento en los ingresos.
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